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Potes está a tope de visitantes este sábado.
Liébana cuelga el cartel de "lleno total" hasta junio en la víspera del arranque del Año Santo

Liébana cuelga el cartel de "lleno total" hasta junio en la víspera del arranque del Año Santo

Comercios y hostelería confirman que han "doblado plantillas" por las buenas perspectivas y se preparan para acoger una llegada masiva de visitantes

Daniel Martínez

Sábado, 22 de abril 2017, 12:58

Aunque a estas alturas parezca mentira, todavía hay cántabros que no saben que mañana se abre en el monasterio de Santo Toribio la Puerta del Perdón. Concha Brizuela se excusa: "Llevo más de 30 años viviendo en Valencia y no vengo mucho por la tierruca, pero seguro que este verano me paso para ganarme el jubileo".

El trasiego de personas y de furgonetas con suministradores de bebidas y alimentos que preparan a los negocios hosteleros para el gran evento del año de la última década, porque el Año Santo sólo se celebra cuando el día del santo cae en domingo le ha dado una pista de que está a punto de pasar algo grande en Liébana, pero quien le quita la venda de los ojos es Marga Pereda, la responsable de la oficina de recepción al peregrino. Como todos los lebaniegos que trabajan cara al público, se prepara para lo que les viene encima desde mañana y hasta dentro de 365 días. Su papel fundamental es recoger los datos de los caminantes que ya empiezan a llegar al templo que alberga el Lignum Crucis y entregar los credenciales a aquellos que certifiquen que han realizado, al menos, la última etapa del recorrido, entre San Vicente de la Barquera y Santo Toribio.

El Ayuntamiento va a habilitar fincas de particulares

  • En previsión de la "importante afluencia de vehículos" que se espera durante todo este fin de semana y el próximo con motivo del concierto de Jean Michel Jarre, el Ayuntamiento de Potes habilitará fincas particulares que servirán para ampliar el número de plazas de aparcamiento. Se trata de un sistema que el Consistorio utiliza de forma habitual cuando se celebran grandes eventos, pero en esta ocasión la cantidad de parcelas destinadas a este fin será superior.

  • De esta forma, se calcula que habrá más de un millar de sitios adicionales. El recinto de La Serna estará habilitado para la salida de los autobuses lanzadera hasta el monasterio. El resto de aparcamientos de autocares estarán en Cillorigo y Camaleño.

En la víspera de que Liébana se convierta en el único punto de la cristiandad en que los devotos pueden hacer borrón y cuenta nueva con su lista de pecados, es el momento de los últimos preparativos. Tampoco excesivos, porque en la zona están más que acostumbrados a recibir a los turistas. Hasta los tres únicos frailes del monasterio colaboran para poner "aún más guapo" el lugar. Mientras Marga explica por teléfono que ya es imposible encontrar una habitación en Potes por lo menos hasta mediados de junio, Juan Manuel, el prior, acompaña a los técnicos que instalan los equipos de las televisiones y radios que se acercarán para cubrir el evento. Acaba de dejar a los responsables de seguridad que inspeccionan el aparcamiento donde se montará el escenario para el concierto de Jean Michel Jarre y en 30 minutos, a las 12.00 horas, tiene que hacer una visita guiada. "Poca calma para lo normal en un monasterio, pero es lo que toca". A su compañero Juan Ignacio le han asignado regar las plantas y comprobar que "los pequeños retoques en la fachada y en alguna puerta" y la nueva cartelería están como deben.

Los frailes quieren salvar almas, y los hosteleros y comerciantes, salvar la temporada. Parece que no hará falta un milagro para que lo logren. Después de lo visto drante la Semana Santa, una especie de ensayo general de este fin de semana y de lo que venga a partir de ahora, están convencidos de que así será. Por eso muchos ya se han preparado aumentando e incluso doblando el personal. "Normalmente somos cuatro personas y para estos días igual llegamos a diez. Y casi todos los negocios están haciendo lo mismo", cuenta Marta García, de De Picos. Tras reformar su local, reconoce que ha decidido adelantar la apertura para aprovechar el tirón del inicio del Año Santo. De lo contrario, hasta junio no habría tenido prisa.

No es la única señal. Por delante del Restaurante Cayo, una de las calles principales de la localidad, no paran de pasar repartidores. De vino, refrescos, helados Casi no tienen tiempo ni para explicarse. "En condiciones normales en un día lo haríamos, pero es imposible. Lo que no acabemos hoy lo acabaremos mañana...". Dentro, si el ajetreo es mucho un fin de semana normal, a 24 horas para la apertura de la Puerta del Perdón se multiplica. Y que nadie se moleste en intentar reservar. Darán 200 comidas en un sólo día. Hace mucho que no quedan mesas libres. "Quien venga no se va a quedar con hambre. Si no es una ración de cecina en la barra le ponemos otra cosa, aunque sea de pie", dice Cayo Gómez. Allí también necesitarán refuerzos.

Y a pesar de las buenas perspectivas, pone un pequeño pero: "Aquí no necesitamos que pase nada especial para que vengan turistas porque esto es un paraíso, pero se notará. Es más, puede ser contraproducente porque en ocasiones no podemos dar a los clientes el servicio que nos gustaría". Compara Potes con una pequeña caja que puede reventar cuando entra más gente que la que recomienda el aforo. Con calles estrechas, un único camino de llegada el Desfiladero de La Hermida que, de manera poco oportuna, está en obras con cortes de tráfico puntuales y pocos aparcamientos, espera que la organización funcione.

Al 100% también están en el Hotel Valdecoro. Mari Luz y Refugio Rodríguez, las hermanas que lo regentan, confirman que todos los fines de semana de abril y mayo están al completo. "Y claro que se nota", afirman. Han oído que se espera la llegada mañana de 130 autobuses a Potes. En el Mesón La Torre dicen que 160. La cifra aumenta por momentos. "No sé dónde van a entrar tantos. Aquí no tenemos espacio", dice su propietario, Dani Conde. Aunque ayer no tenía ni una sola mesa libre, piensa que la llegada de turistas no va a tener una repercusión tan grande como se espera: "Muchos vienen en viajes organizados y llegan comidos de otros lugares. O con el picnic preparado. Al que no le guste puede que sí que se pase por aquí".

Negocios preparados

Los negocios de Potes están preparados. En el de Fernando Revuelta, una tienda de regalos, han llenado los almacenes en previsión de un gran aumento en las ventas. Especialmente de textil sudaderas con la imagen de los Picos o de osos y lobos y souvenires. En este segundo caso, sobre todo relacionados con el Año Santo. Relicarios, rosarios, llaveros con la cruz... que "sobre todo interesan a la gente mayor". Más apurados están en el albergue anexo al monasterio de Santo Toribio, dependiente del Obispado de Santander. "No sabemos si vamos a llegar a tiempo, estamos muy agobiados". Lo dice Ramona García, una de los tres voluntarios que se encargan de acondicionar este punto de acogida y que después intentarán que los peregrinos se sientan lo más cómodo posible. Desde el anterior Año Jubilar, el edificio no se ha usado y "hay mucho que hacer". Así que se han encontrado los colchones y las almohadas podridos. Los nuevos son "antichinches" para que descansen sin problema los turistas que pagarán el "precio simbólico" de seis euros por cama y desayuno.

Eso ya está solucionado. También han logrado reparar el sistema de agua caliente, que no funcionaba. "Ahora estamos pidiendo presupuesto para arreglar el tejado", cuenta mientras supervisa la construcción de un porche, que salvo que el santo interceda, no llegará a tiempo. Están a unos metros del recién estrenado tramo de camino entre Potes y el templo donde, de nuevo, siguen los preparativos. El Seprona y la Consejería hacen quemas controladas de matorrales para que el entorno también muestre su mejor cara. Un poco negra, pero libre de rastrojos.

Y si el albergue oficial pone el cartel de completo, a sólo unos metros está el camping de Mariano Gómez. Él es optimista, pero con moderación: "Va a estar lleno o casi con la apertura de la Puerta del Perdón o el día del concierto, después es cierto que viene mucha gente, pero también otros habituales dejan de venir porque no quieren encontrarse el jaleo". Sí reconoce que el número de reservas ha aumentado y que prevén un 30% más de visitantes, aunque apunta que muchos sólo paran un día y no pernoctan en Potes. Es más, en 2006, el Año Santo lo notaron más en el restaurante que en la ocupación de las parcelas. La gente que viene en autobús, las familias o los grupos de amigos con la mochila a cuestas que se paran a por un bocadillo o un refresco para paliar el calor.

Hasta los artistas callejeros han comenzado a llegar a Potes con la esperanza de convencer al exigente público. Si no se ganan el jubileo, por lo menos unos euros.

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