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Pedro Álvarez
Sábado, 24 de junio 2017, 08:20
«Ni los más mayores de la villa recordamos la presencia del oso pardo en zonas como Valmayor o Valmenor, tan cercanas a Potes. El oso siempre ha estado presente en zonas altas de la comarca, como los puertos de Bedoya, Cubo, Salvorón o Pineda». Así lo reconocía Chuchi Celis, vecino de Potes, que siempre ha estado vinculado al mundo de la caza, con las cuadrillas locales, y que tuvo en su padre, Eladio, la figura de otro gran cazador lebaniego. Un hombre conocedor como pocos de los montes de la comarca y de los diferentes lotes de caza de la Reserva del Saja.
Son ya muchos los testigos que están viendo con relativa frecuencia la presencia de osos en zonas muy cercanas a las poblaciones más bajas de la comarca, algo inusual, que ni las personas de mayor edad consultadas recuerdan. Los montes de Valmayor, Valmenor, Tolibes y Arabedes, en el término municipal de la villa de Potes, o zonas cercanas a poblaciones como Tama, Llayo o Casillas, éste último, barrio de Ojedo, en el municipio de Cillorigo de Liébana, o Frama o Lubayo, en el municipio de Cabezón de Liébana, son localidades muy bajas de la comarca lebaniega, donde en las últimas semanas la presencia de osos está siendo muy habitual, viéndose por testigos presenciales, tanto de día como de noche. La abundancia de cerezos cargados de sus preciadas frutas, uno de los alimentos preferidos del oso en esta época, está siendo un reclamo importante, para que los osos se aventuren a bajar a cotas tan cercanas a los pueblos de menor altitud de la comarca.
La noche del pasado día 20, un joven se encontraba en el balcón de una vivienda en la localidad de Frama cuando vio que un oso subía por el camino que desde la zona de la iglesia, cruzando el puente sobre el río Bullón, comunica con la carretera CA-184 que conduce al puerto de Piedras Luengas. Según comunicó a Elsa Sánchez, de la Patrulla Oso Pardo, le pude sacar una foto, «pero luego no supe hacía dónde se dirigió». González cree que se trata de uno de los dos osos que se tienen controlados en la zona. «Éste, por sus dimensiones, puede tener entre 3 y 4 años, ya que no es grande. Ahora, la presencia de cerezas en estas zonas tan bajas está siendo fundamental para que los osos se decidan a bajar tan cerca de las localidades».
Más encuentros
Pero este no ha sido el único avistamiento habido en las últimas jornadas. Hace diez días, Amalia Bulnes, vecina de Frama, pudo contemplar otro ejemplar de oso de mayor tamaño, cerca del lugar conocido como La Abadía, entre las localidades de Cabariezo y de Cabezón de Liébana. Amalia se encontraba paseando como tiene por costumbre cada día. «Serían las nueve menos diez de la mañana. Bajaba de andar desde Cabezón de Liébana y fue cuando vi al oso cruzar por un prado camino del monte, al otro lado del río Bullón. Era un ejemplar mayor del que sacaron la foto la pasada noche, por lo que deben de ser dos los osos que ahora hay por esta zona. Cruzando el prado, se levantó sobre las dos patas un par de veces, antes de perderle de vista».
José Joaquín Sánchez, vecino de Potes, subió hace quince días hasta el santuario de la Virgen de Valmayor y vio las huellas de un oso. «Estaban marcadas perfectamente a la izquierda de la ermita, cerca del monte, y por lo que se ve bajó desde lo alto por una valleja y desde allí se desplazó hasta Valmenor».
Hace unos días, unos jóvenes a caballo también lo vieron y ahora también se está dejando ver cerca de localidades muy bajas de Cillorigo de Liébana, como Casillas, donde encima del pueblo atacó un colmenar, Tama o Llayo. Yo que he hablado con muchas personas mayores de temas de caza, nunca habían visto ni recuerdan que sus padres y abuelos les hablaran de osos en estas zonas. Hace cinco años, yo mismo vi las huellas de un macho grande en el monte de Arabedes, otra zona donde no se acordaba nadie de haberlo visto».
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