Ante una caída del 30% en beneficio, Porsche apuesta por la personalización

«Valor antes que volumen, ese ha sido siempre el objetivo». Así comenzó el consejero delegado de Porsche, Oliver Blume, la presentación de resultados anual del fabricante de deportivos de lujo alemán que pertenece al Grupo Volkswagen. Esta es una de las divisiones más lucrativas que tiene el consorcio, gracias a los generosos márgenes de rentabilidad que genera, en comparación con sus otras marcas generalistas.

Sin embargo, 2024 no ha sido un año fácil para el Grupo Volkswagen, que presentó sus resultados anuales ayer para desvelar un desplome del 30% en su beneficio neto. Porsche, esta mañana, confirmó que la caída había sido de la misma magnitud: un 30,3% menos que hace un año, hasta saldar el ejercicio con 3.595 millones de euros.

A diferencia de su matriz en Wolfsburg, la ventaja con la que cuenta el fabricante de Stuttgart es que puede permitirse el lujo de no perseguir un volumen de ventas. Aunque el margen sobre facturación se redujo casi cuatro puntos porcentuales, este se mantiene como el más alto del Grupo Volkswagen, con un 14,1% sobre la facturación.

Este indicador se debe a los precios de sus productos, muchos de los cuales han sido personalizados a través de sus divisiones Exclusive Manufaktur y Sonderwunsch, en las cuales los clientes pueden elegir prácticamente cualquier detalle. Dada su alta rentabilidad, Porsche ha decidido potenciar estos negocios para aumentar su capacidad.

De hecho, la cifra de negocio de Porsche cerró casi en el mismo nivel que en el ejercicio anterior –uno de los más altos de su historia–, con 40.083 millones de euros (-1,1%). La caída en los resultados netos se debe, principalmente, a un retroceso en el volumen de ventas, que saldó el año con 312.620 unidades, un 6,3% menos que hace un año.

Aunque dentro de su mix de ventas los eléctricos supusieron un 12,7% del total, la principal caída la registró su único modelo puramente cero emisiones, el Taycan, que redujo sus cifras un 43,3%. El modelo más vendido fue el Cayenne, con más de 100.000 unidades, seguido por el Macan, con más de 80.000 y el 911 en tercer lugar, con más de 50.000.

Por regiones, el mayor golpe lo encajó China, que supone un 18,3% de las entregas del fabricante y mostró una caída del 28,2%. Tal fue el golpe que el consejero delegado, Oliver Blume, afirmó que «la percepción de nuestros coches ha cambiado con respecto a los últimos 10 años y tenemos que asumir que el mercado seguramente no llegue a los niveles de antes».

Aún así, el resto de mercados en los que opera registraron un crecimiento considerable y están en el punto más alto de la historia del fabricante, una buena noticia al reducir la dependencia de un mercado como el chino.

A pesar de la ralentización de las ventas de modelos eléctricos en el mundo, para Porsche esta tecnología es la más eficiente y prometedora de cara al futuro. En la conferencia de prensa confirmaron que el nuevo Cayenne contará con una versión eléctrica, que se fabricará en Bratislava.

Sin embargo, el motor de combustión no desaparecerá tan pronto y también confirmaron que la gama del 911 se ampliará con una nueva versión de altas prestaciones «que hará muy felices a los fans».

Finalmente, el objetivo de Porsche es revisar su estructura de costes para bajar el punto de equilibrio de su negocio y se han marcado la meta de reducirlo hasta unos 250.000 vehículos, que no es un objetivo de volumen de ventas. Para ello, una de las medidas que van a tomar es la eliminación de unos 2.000 puestos de trabajo temporales y otros 1.900 fijos con planes de prejubilación.

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