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Patxi Fernández
Miércoles, 7 de febrero 2024, 18:03
El consumo mundial de petróleo estimado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) llegará a un nuevo récord histórico de 102,9 millones ... de barriles diarios (mb/d) este año, a pesar de la desaceleración del consumo. Por su parte la OPEP prevé que el mundo consumirá una media de 104,4 millones en 2024 frente a los 102,1 de media durante 2023.
La AIE, adscrita a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), calcula que la demanda mundial de petróleo en 2024 crecerá en prácticamente la mitad que el aumento de 2,3 millones registrado en 2023. Si bien el empeoramiento de la coyuntura económica supondrá un lastre en el consumo, la Agencia destaca que esto impulsará la demanda global el próximo año hasta el nuevo récordde consumo.
La AIE señala que el uso del crudo como combustible se vio frenado el año pasado por la recuperación post-Covid y un crecimiento del PIB por debajo de ls previsiones en las principales economías, así como por las mejoras en la eficiencia energética y la electrificación del parque de vehículos.
El crecimiento de la demanda fuera de China se desaceleró hasta unos 300.000 barriles diarios durante el segundo semestre de 2023, pero se prevé que China siga liderando el crecimiento de la demanda de petróleo en 2024.
La Agencia pronostica que el suministro mundial de petróleo aumentará en 2024 impulsado por Estados Unidos, Brasil, Guyana y Canadá, igual que en 2023.
Las grandes empresas petroleras continúan confiando en los combustibles fósiles, según recoge un estudio realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), que pone de manifiesto que se siguen ampliando las operaciones extractivas.
La investigación, publicada en la revista científica Energy Research & Social Science, revela el importante coste social y ambiental de esta actividad industrial. «El crecimiento de la economía mundial y la disipación de energía impulsan a las compañías de petróleo y gas a ampliar constantemente sus operaciones en las periferias mundiales para cubrir la demanda de las economías industriales», comenta a AlphaGalileo Marcel Llavero-Pasquina, investigador del ICTA-UAB. Para ello, despliegan nuevas tecnologías y buscan lugares del mundo políticamente favorables para perpetuar la extracción de petróleo y gas.
Por su parte, desde la Agencia Internacional de la Energía explican que desde los albores de la era industrial, los combustibles fósiles han sido un facilitador clave del desarrollo económico, proporcionando el combustible que generó la mayor parte de la electricidad del mundo, impulsando automóviles, barcos y aviones, y alimentando la actividad industrial. Como resultado, el crecimiento económico ha estado estrechamente vinculado a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero durante la mayor parte de la historia económica moderna.
Siddharth Singh, Analista de Inversiones en Energía, explica en su informe «The relationship between growth in GDP and CO2» (La relación entre el crecimiento del PIB y el CO2) que «sólo hay un puñado de países y regiones donde el PIB y las emisiones continúan marchando hombro con hombro. Uno de ellos es el sudeste asiático, donde la energía hidroeléctrica no ha seguido el ritmo de la creciente demanda de electricidad, y la proporción del carbón en la generación de energía y la demanda de energía industrial se ha más que duplicado entre 1990 y 2022». Otra de las regiones es Oriente Medio, donde «debido a la disponibilidad de combustibles fósiles baratos, la existencia de subsidios ineficientes para el consumo de combustibles fósiles y la duplicación de la intensidad energética en la industria se necesita el doble de energía para generar la misma actividad industrial en esta región que tres hace decadas».
Según el analista, la economía china se ha multiplicado por catorce desde 1990, pero «sus emisiones de CO2 son cinco veces mayores que en 1990». De manera similar, en la India, el crecimiento del PIB ha superado el crecimiento de las emisiones de CO2 en más del 50%. China y la India, junto con las economías avanzadas, representan más del 80% del PIB mundial y casi el 70% de la demanda de energía. Otras economías emergentes y en desarrollo, como las de África, Eurasia y América Latina, también han experimentado tendencias divergentes en cuanto a actividad económica y emisiones.
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