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A. Noguerol
Domingo, 3 de diciembre 2023, 14:17
Los fenómenos típicos de esta época suponen un riesgo para la conducción ya que afectan a la visibilidad, a la adherencia al asfalto…, por lo que además de realizar algunas comprobaciones previas, no está de más tener presente los riesgos que nos podemos encontrar y el estado de la calzada.
Un frenazo brusco, un camino en mal estado, o unos neumáticos desgastados pueden provocar una pérdida de tracción y control del vehículo. Para prevenir el aquaplaning tenemos que adaptar nuestra conducción a las condiciones de la vía manteniendo siempre una velocidad segura además de verificar la presión, dibujo y ranuras de los neumáticos para asegurar una buena adherencia a la carretera y evitar el deslizamiento.
Encontrarte con hojas en la carretera cuando sales a conducir en otoño puede resultar peligroso. Si tienes que pasar sobre ellas , reduce la velocidad y hazlo con cuidado, porque pueden estar mojadas y provocar en tu coche un efecto similar al aquaplaning, lo que te pondría en peligro al hacerte perder la adherencia con el asfalto.
Los atropellos a animales y accidentes a causa de intentar esquivarlos son significativamente más altos durante esta temporada. En concreto se producen al amanecer y el atardecer , y éstos ocurren porque los conductores tratan de esquivar al animal demasiado tarde y a velocidad inadecuada. Si conduces dentro de barrios o en entradas rurales, ve con precaución y presta atención a su posible presencia.
Otro de los fenómenos con los que nos podemos encontrar son las rachas fuertes de viento. En este caso tendremos que moderar la velocidad y coger el volante con fuerza y firmeza , sobre todo al adelantar ya el efecto pantalla puede desestabilizar la direccionalidad del coche.
Es muy importante que nuestro vehículo esté preparado y nos aseguremos de que todos sus componentes se encuentran en buen estado. Así podremos evitar averías mayores y nuestra conducción será más segura ante las inclemencias de esta estación. Para ello los expertos de Oscaro nos recuerdan cuales son los elementos más importantes que puedes sustituir o llevar en tu vehículo antes de que llegue el invierno.
Uno de los elementos más importantes de cara al invierno son los neumáticos, ya que son unos de los principales encargados de la estabilidad del vehículo y del frenado. En invierno el asfalto se encuentra en peores condiciones debido a la humedad, las lluvias, las nieves, etc. por lo que el cambio a los neumáticos de invierno para conseguir un mayor agarre es una de las medidas que puede ofrecerte una mayor condición de seguridad a la hora de conducir durante estos meses.
Con las lluvias y la niebla del invierno, es muy importante que este sistema se encuentre en perfecto estado para poder ver con claridad en la carretera y también para ser vistos por otros conductores. Además, al tener menos horas de luz al día, tendremos que hacer más uso del sistema de alumbrado en nuestros desplazamientos. Es por eso, que debemos asegurarnos de que las bombillas de nuestro vehículo cuentan con buena salud y, de no ser así, cambiarlas por unas nuevas.
El anticongelante es un líquido imprescindible para que el coche funcione. Pero en invierno es aún más importante porque se encarga de refrigerar el motor, es decir, evita que cuando hace mucho frío se congele el agua de la refrigeración. Por eso, es necesario renovarlo cada cierto tiempo y recargarlo hasta que el nivel del depósito sea el adecuado. Por otro lado, también es recargar el agua y el jabón del limpiaparabrisas, para poder limpiar la luna siempre que se necesite.
Las escobillas son un elemento muy importante para mantener una buena visibilidad, sobre todo en la época de invierno, en la que las lluvias son constantes. Si se encuentran en mal estado, no limpian correctamente la lluvia o la niebla de la luna y pueden hacer peligrosa nuestra conducción.
La batería del coche es un elemento fundamental en cualquier vehículo con motor. Es el lugar donde almacena la energía para ponerse en marcha.
Con las bajas temperaturas la vida útil de la batería se ve reducida y, si a eso se suma que de por sí, no se encuentra en buen estado, quizás la llegada del invierno es un momento idóneo para sustituirla por una nueva, si no queremos encontrarnos la sorpresa de que un día no podamos arrancar nuestro coche.
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