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José Ramón Alonso
Jueves, 2 de noviembre 2023, 11:25
La apuesta de Audi por la electrificación está trazada y no tiene marcha atrás. En 2026 se presentará el que será el último modelo de combustión y en 2033 saldrá el último coche de combustible fósil de sus líneas de producción, según comenta José Miguel Aparicio, director general de la marca en España desde hace seis años. Un plan que tiene en el respeto por el medioambiente su razón de ser, como quedó claro en las charlas impulsadas por la marca de los cuatro aros en el Audi Summit celebrado en Madrid.
—¿Qué es el Audi Summit?
—Audi es muy consciente de la responsabilidad y el compromiso que se requiere de las empresas en la resolución de los grandes problemas de la sociedad. Para buscar estas respuestas surge Audi Summit, que queremos que sea un altavoz con el que difundir ideas que pueden ayudar a cambiar el mundo. Creo que la humanidad está en una situación en la que necesitamos acelerar mucho el cambio y desde Audi estamos muy comprometidos con ello.
—Uno de los cambios que están llegando es la transición hacia la electrificación ¿Es realista pensar en que en 2035 habrá un parque automovilístico completamente eléctrico?
—No, el parque completo, decididamente, no. Pero que las matriculaciones a partir de ese año serán eléctricas en un porcentaje altísimo. El parque está compuesto por automóviles de antigüedades muy diversas que se tardará años en que desaparezcan de las carretas. Los fabricantes estamos ofertando coches eléctricos, creo que hay más de 100 modelos ofertados en este momento. Es cierto que en España falta por resolver una cuestión importante para conseguir que el público de el paso de forma más decidida, que es el problema de infraestructura de recarga, especialmente para aquellos usuarios que no tengan un garaje con un cargador. Esa es la clave que determinará el momento en que se pueda llegar al 100% de un parque automovilístico eléctrico.
—¿Qué hace falta para que el coche eléctrico se posicione como la solución definitiva a las necesidades de movilidad en España?
—Falta muy poco. Los nuevos coches eléctricos están ofreciendo unas autonomías suficientes. Desde Audi vamos a lanzar modelos que pueden recorrer más de 700 kilómetros, una distancia que cubre de forma sobrada las necesidades para cualquier viaje. Por otro lado, la red de infraestructura de recarga está avanzando, falta que la burocracia se simplifique y se desatasquen las licencias que están pendientes de concederse. Así que creo que estamos ahora en el momento de empezar a acelerar.
—¿Cuánto tiempo crees que va a tardar en conseguir que la venta de modelos electrificados en España supere a los de combustión?
—Desde las marcas tenemos que hacer que el temor de los consumidores con respecto a la electrificación se diluya. Para conseguirlo hay que simplificar el acceso a las ayudas y transmitir que los modelos electrificados aportan beneficios tangibles para el medio ambiente. Creo que el problema que tanto preocupa de la infraestructura de recarga estará resuelto en dos años.
—¿Los modelos electrificados están dejando fuera del acceso a la movilidad o las clases medias y trabajadoras?
—En los coches eléctricos estamos asistiendo a una caída importante del coste de producción y esto ya era algo que se preveía. Pero en el precio están impactando muchos factores. Algunos han impactado más incluso que el precio de los modelos de combustión, como la rotura de las cadenas de suministro, la crisis de los microchips, el incremento de costes de materias primas o el transporte, entre otros. Es cierto que hoy en día el coste promedio de producir un coche eléctrico es mayor que el de un coche de combustión. Sin embargo llegaremos a un punto en el que ambos sean iguales.
—¿Qué papel pueden jugar otras tecnologías en esta transición?
—Audi presentará su último modelo de combustión en 2026, pero el ciclo de vida de un modelo es de ocho años. Nosotros dejaremos de fabricar coches de gasolina en 2033. Pero tengo que decir que ese último modelo será el más eficiente de todos los que hemos hecho nunca. Respecto al uso de otras tecnologías en futuros modelos, creo que están aún en fase experimental y es pronto para hacer una apuesta en el corto plazo como una solución real para los consumidores.
—Algunos gobiernos europeos están planteando dejar de incentivar la compra de eléctricos.
—Las ayudas por parte de todas las administraciones públicas tienen que seguir manteniéndose durante la próxima década. La experiencia de los países en los cuales la electrificación ha avanzado muy rápidamente y hoy es la tecnología mayoritaria ha tenido en los incentivos el impulso definitivo. Eso y el despliegue de una buena red de recarga doméstica hará que la gente de el paso. Por eso es importante que se mantengan los incentivos, pero con un acceso más directo y sencillo a las ayudas.
—¿Hasta qué punto el retraso en la instalación de la infraestructura de recarga está frenando la implantación del coche eléctrico?
—Vamos muy retrasados. Una mayor mejor red animaría, sin duda. España tiene el hándicap de ser un país grande, geográficamente hablando, y hay muchos ciudadanos que recorren un buen número de kilómetros repetidas veces al año. Son estos los que más sufren la falta de una red más tupida de cargadores. Pero hay otras zonas, como pueden ser los archipiélagos, donde los coches con autonomías más pequeñas no tienen ningún problema a pesar de no tener toda la infraestructura de recarga programada. En el momento en el que los ciudadanos superen el miedo al efecto red de recarga, el contagio se irá extendiendo y todo irá más rápido.
—¿La apuesta clara de Audi por la electrificación significa que renuncia a mercados como Asia, África o Sudamérica?
—Audi está en los diferentes continentes contribuyendo al despliegue de la infraestructura eléctrica en los países. Por ejemplo, tenemos cargadores de alta potencia en las principales ubicaciones de nuestra red de concesionarios en Estados Unidos. Estamos contribuyendo con nuestros proyectos a la transición en China y estamos impulsando en Sudamérica y otros lugares para que también sigan esta senda. Porque en el fondo de todo esto está que queremos contribuir a frenar la emergencia climática. Esto nos obliga a hacer un cambio sistémico y tiene que producirse en todos los mercados. Es verdad que en esos mercados tenemos que trabajar mucho también en rejuvenecer los parques. Si vas a países como Kenia ves que son sumideros de vehículos de ocasión antiguos del mundo más desarrollado. Por lo tanto, yo creo que eso también tenemos que cuidarlo, porque a efectos de emergencia climática nos afecta tanto lo que se emite en Kenia como lo que se emite en Madrid.
—¿Qué significa el mercado español para Audi a nivel europeo y mundial?
—Es el octavo mercado para Audi a nivel mundial. Pero yo creo que más allá del volumen que representa, me atrevería a decir que para Audi el mercado español es muy relevante. Como equipo tenemos una influencia importante en el desarrollo de productos y en las decisiones que se toman. Basta mencionar que tenemos en la cúpula a dos compatriotas, el vicepresidente de recursos humanos y a Fermín Soneira como responsable de una de las principales líneas de negocio.
—¿El mercado en España se está frenando?
—Estamos viendo como hay un entorno que debilita la demanda. Especialmente el alza de los tipos de interés. La adquisición de un vehículo implica en muchos casos una financiación porque la renta disponible de las familias ha bajado en los últimos dos años tras la pandemia. Por lo tanto nos encontramos un entorno de demanda débil, no tan grave como la que se vivió de manera muy agresiva en 2020, pero aún estamos lejos de lograr esos niveles. Luego llegó la crisis de los semiconductores que hundió la oferta, pero por suerte eso ya es historia.
—¿El desembarco en Europa de marcas chinas es un peligro? ¿Cómo se contrarresta?
-Son tan numerosas y tiene propuestas tan variadas que van a afectar a todos. Yo creo que la competencia nos ha hecho fuertes históricamente. Lo que es cierto es que la llegada de estas marcas se une a un momento de incertidumbre por el cambio tecnológico lo que hace que nos enfrentemos a un reto mayúsculo.
-¿Cree que el Estado puede renunciar a los 28.000 o 30.000 millones de euros que recauda por los impuestos a los hidrocarburos?
- Yo creo que esa pregunta hay que hacerla al ministro de Economía. Entiendo que cuando gestionas el presupuesto de un Estado tienes que buscar el equilibrarlo. Si pierdes ingresos por un sitio, una de dos, o eres más eficiente en la utilización del gasto o tienes que recortar por otro. Eso dependerá también de quién nos gobierne. Pero a nosotros no nos corresponde hacer valoraciones políticas, nos corresponde, sobre todo, explicar que es necesario seguir impulsando la electromovilidad.
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