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La autorreparación sigue ganando adeptos y despierta el interés de cada vez más españoles F. P.
Vista, olfato, tacto y oído: cuatro sentidos fundamentales para evitar averías en el coche

Vista, olfato, tacto y oído: cuatro sentidos fundamentales para evitar averías en el coche

Es importante saber interpretar las señales de tu vehículo para identificar respuestas anormales

Canal Motor

Miércoles, 1 de noviembre 2023, 08:54

En el último trimestre del año parece que va a continuar la tendencia de incertidumbre e inflación en el mercado español. Tras haber superado las vacaciones y la «vuelta al cole», muchos españoles empiezan a apretarse el cinturón para llegar a Navidad con cierta tranquilidad económica.

Este sentimiento de ahorro también afecta el mantenimiento y reparación del vehículo. Por ello, la autorreparación sigue ganando adeptos y despierta el interés de cada vez más españoles.

Una parte de la sociedad piensa que «ponerse manos a la obra» en términos de mecánica es una tarea complicada y en la que siempre debe intervenir un profesional.

Pero lo cierto es que hay algunas tareas que son muy sencillas de llevar a la práctica como, por ejemplo, la del diagnóstico y mantenimiento preventivo que se pueden llevar a cabo por los usuarios. Oscaro comparte las claves para conocer el estado de salud del vehículo sin instrumentos ni procedimientos complicados, solo poniendo a funcionar los sentidos.

La vista es el principal aliado a la hora de identificar problemas en el funcionamiento del vehículo, ya que muchas de las alertas son visuales. Por ejemplo, los rastros de aceite que se pueden encontrar debajo del coche indican que hay una fuga en el sistema. Otras señales aparecen en el cuadro de mandos, los llamados «testigos», y es importante conocerlos para asociar el problema al que están haciendo referencia. Algunos de ellos nos indican el estado de la batería, del sistema de frenado o el nivel de aceite, entre otros.

El olfato: muchos de los fallos en los componentes del vehículo vienen acompañados de un olor característico. Cuando esto ocurre, lo primero que se debe hacer es encontrar el origen del mismo para poder ahondar en el motivo que lo está generando. Por ejemplo, un mal olor en el habitáculo al encender el sistema de climatización nos está indicando que se debe sustituir el filtro de la ventilación.

El tacto: las sensaciones que percibimos al volante durante la conducción son una importante fuente de información. Por ejemplo, detectar vibraciones durante la marcha es una señal que denota problemas en la suspensión. El balanceo o falta de precisión a la hora de encarar las curvas es sinónimo de problemas en los amortiguadores, y los cambios en la suavidad del manejo del volante o dificultad para mantener el vehículo en línea recta durante la marcha significa que la dirección está dañada.

El oído: la música o la conversación durante los viajes en coche pueden llegar a ocultar algunas de las alertas acústicas del vehículo. Es importante ser conscientes de la importancia de escuchar al vehículo y aprovechar los trayectos sin acompañantes para prestar atención a las señales acústicas de éste. Por ejemplo, uno de los más habituales es el chirrido al frenar, que indica el desgaste de las pastillas o la necesidad de recargar el líquido.

Más información

Es cierto que en esta enumeración no figura el gusto. De momento, el sabor no interviene en la detección de anomalías en el funcionamiento del vehículo. Quién sabe si en el futuro tendrá algún papel con la evolución de la movilidad

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