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Sábado, 2 de enero 2016, 19:02
Ramón Sagarzazu Gaztelumendi, Ramontxo, detenido el pasado septiembre en Saint Etienne de Baigorri en el transcurso de la operación policial en la que fueron capturados los presuntos jefes de ETA Iratxe Sorzabal y David Pla, ha quedado en libertad bajo control judicial, según ha confirmado este sábado Etxerat.
Según esta asociación de apoyo a los familiares de presos de la banda terrorista, Sagarzazu, natural de la localidad guipuzcoana de Oiartzun, no podrá abandonar el departamento francés de Pirineos Atlánticos.
El pasado 22 de septiembre la Guardia Civil registró el domicilio de Ramón Sagarzazu Gaztelumendi en Oiartzun durante casi cuatro horas, tras su detención en Francia. Ramontxo fue considerado en 2005, cuando fue arrestado en el país vecino por última vez, como el jefe del aparato internacional de ETA. La Policía francesa le atribuyó entonces labores de preparación de negociaciones entre ETA y el Gobierno español.
Durante el juicio celebrado en Francia en 2010, el capitán de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) francesa, Emmanuel Layet, relató que a Sagarzazu se le incautó un lápiz de memoria en el que había un texto sobre una "pre-reunión" preparatoria de las negociaciones con vistas a un alto el fuego de la organización terrorista.
El documento, con fecha de 16 de mayo de 2005, daba cuenta de ese encuentro en el que había participado Sagarzazu con intermediarios de "una ONG del Premio Nobel" y con un representante del Ejecutivo español para fijar las lenguas de la negociación (español y francés) y el lugar (un pueblo de los Pirineos, aunque los intermediarios proponían como alternativa Noruega), indicó Layet.
Su vinculación con ETA viene de lejos, ya que su primera detención se remonta a la operación contra la empresa de muebles Sokoa de Hendaia (Francia), en noviembre de 1986.
Tras cumplir su primera condena en Francia, Sagarzazu huyó del país y fue localizado en 1997 en Holanda, que lo devolvió a Venezuela, desde donde había viajado con documentación falsa.
Venezuela no accedió a su extradición, solicitada por España, y liberó al etarra, al que concedió un permiso de residencia.
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