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Melchor Sáiz-Pardo
Viernes, 11 de marzo 2016, 10:17
El juicio del caso Nóos se le ha ido definitivamente de las manos al tribunal que presidente Samantha Romero. Este viernes el proceso está viviendo una verdadera catarsis. De hecho, ni siquiera ha comenzado su declaración el testigo de cargo del caso, Miguel Tejeiro.
La ... gota que ha colmado el vaso han sido los alegatos de las defensas de Urdangarin, la infanta y Torres para silenciar la declaración de Tejeiro, por su condición de abogado, aunque no ejerciente. Romero, por segunda vez, ha vuelto a suspender la vista para deliberar hasta dónde puede revelar datos el testigo sobre los imputados a los que asesoraba sobre materia fiscal.
Pero el tema de Tejeiro ya casi es lo de menos. La tensión y el nerviosismo del tribunal ha ido en aumento en las últimas jornadas, a medida que Romero iba constatando la imposibilidad de cumplir un calendario en el que figura el nombre de más de 300 testigos.
La Fiscalía y la Abogacía del Estado y el resto de las acusaciones del caso Nóos se han levantado en armas esta mañana frente a la maniobra procesal de las defensa de Iñaki Urdangarin, Cristina de Borbón y Diego Torres para silenciar al testigo de cargo del caso. Los letrados de los principales acusados denunciaron que Miguel Tejeiro, ex asesor fiscal de la trama, no podía declarar sobre los temas más delicados de este sumario sobre Urdangarin y Torres porque el testigo es abogado y, aunque no ejerciera esa función en la trama Nóos, le vincula el secreto profesional.
El tribunal decidió ayer que el propio testigo decidiera qué temas podía tocar y qué temas no en su condición de asesor fiscal, lo que ha provocado un evidente temor de Tejeiro, que en varios momentos de su declaración se está negando a responder algunas cuestiones claves.
El fiscal Pedro Horrach ha puesto hoy el grito en el cielo. "Está siendo una declaración totalmente coaccionada en base a un puro fraude procesal. Lo planteado (por las defensas de los exduques y Torres ) es un abuso procesal, después de que su cliente, Diego Torres, descargarse toda la responsabilidad sobre el testigo". "Es una contradicción usar la vía del secreto profesional", ha apuntado.
En la sala de espera del juicio se agolpan este viernes una decena de personas, entre ellas el exjefe de la Casa Real Alberto Aza. A ellos se suman los testigos que ya están delante de la webcam para declarar por videoconferencia, como Rodrigo Rato, quien aguarda desde esta mañana su turno en Audiencia Provincial de Madrid.
Y lo peor es que todos ellos saben que no van a declarar hoy. Y que muy probablemente no lo hagan en los próximos días habida cuenta del terrible retraso y las continuas suspensiones.
Romero, mucho más tensa de lo habitual (que es bastante), se ha lanzado en las últimas horas a una vorágine de broncas continuas, interrumpiendo, a su vez, las sesiones que pretende agilizar. Además de quitar los móviles a todos en la sala, ha prohibido salir durante las vistas y ha vuelto a apercibir a todos los letrados y acusaciones de que se están jugando que les abra expedientes por desacato si intervienen sin su consentimiento.
La actitud de la presidenta de impedir que los abogados usen sus dispositivos móviles ha llevado al abogado de Torres, Manuel González Peeters, a amagar con abandonar la defensa de su patrocinado si no le dejan comunicar en directo con él vía teléfono móvil.
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