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ramón gorriagán
Jueves, 7 de abril 2016, 09:46
Los protagonistas de la reunión de hoy por la tarde, pese a la crudeza de las vísperas, no se plantean levantarse de la mesa de negociación a las primeras de cambio. PSOE, Podemos y Ciudadanos son conscientes de la práctica imposibilidad de casar sus intereses, pero los tres aseguran que van a intentarlo hasta el último momento. «Que nadie espere (hoy) acuerdos ni rupturas», reclamó un miembro del equipo negociador socialista.
Pero lo cierto es que los números son tozudos y las sumas que salen son insuficientes para que Pedro Sánchez consiga la investidura, y las que no salen son las que convertirían al líder del PSOE en el próximo presidente del Gobierno. La única que se ha testado con la realidad parlamentaria ha sido la alianza de socialistas y Ciudadanos a la que se incorporó Coalición Canaria para colocar 131 diputados detrás de Sánchez. Fue derrotada con estrépito el 4 de marzo con 219 votos en contra en la segunda votación de la investidura.
La adición del PSOE y Podemos todavía no se ha calibrado en la arena del Congreso, pero presenta muchos inconvenientes para hacerse realidad. Sobre todo, la fuerte resistencia en amplios sectores socialistas a pactar con el partido de Pablo Iglesias.
Sánchez se enfrentaría a una revuelta interna si sustenta la investidura en el único pilar de Podemos. Susana Díaz, que gobierna gracias al voto de Ciudadanos, encabezaría ese movimiento de resistencia dentro del PSOE, al que se sumaría sin duda buena parte de los barones territoriales, aunque en muchos casos gobiernen, precisamente, gracias a Podemos.
Pero aún en el hipotético caso de que esa sociedad de 159 diputados salga adelante tampoco garantizaría la investidura de Sánchez porque necesitaría el voto afirmativo o la abstención de los 27 parlamentarios de Esquerra, Convergència, PNV, IU y Bildu para superar los 164 rechazos del PP, Ciudadanos y Coalición canaria.
El líder del PSOE asegura que no está dispuesto a aceptar las complicidades de los secesionistas catalanes ni de la izquierda abertzale. Sánchez solo podría salvar la situación en este supuesto con la abstención de Ciudadanos, pero el partido de Albert Rivera se muestra firme en que no va a facilitar un Gobierno con presencia de Podemos.
Incompatibles y antagónicos
La opción favorita del secretario general del PSOE es el pacto tripartito con morados y naranjas, pero ni uno ni otro están por la labor; todo lo contrario, donde esté uno no quiere estar el otro, y viceversa. El acuerdo entre los tres arroja la cifra mágica de 199 diputados y hace prescindible cualquier otro respaldo.
Pero «somos antagónicos», subraya el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta. «Somos incompatibles», decía hasta hace poco su homólogo de Podemos, Íñigo Errejón, que ahora se muestra más cautoen la discrepancia en pos de la abstención de los de Rivera. Ciudadanos mantiene que acude a la reunión con Podemos porque su acuerdo con el PSOE le obliga, mientras que los de Iglesias sostienen que aceptan sentarse con Ciudadanos porque los socialistas se lo exigen.
La cuarta opción es la gran coalición que acarician Mariano Rajoy y el PP, ven con buenos ojos en el partido naranja y de la que los socialistas no quieren ni oír hablar. Entre los tres suman 253 escaños en el Congreso, pero pese a los buenos oficios de Ciudadanos para propiciar un acercamiento de los dos grandes el veto del PSOE es inamovible. Una alianza reducida a populares y centristas se quedaría en 163 que sucumbirían frente a los 187 en contra del resto del arco parlamentario.
Los números, por tanto, abocan a un sudoku irresoluble mientras subsista la rigidez política de la que han hecho gala todos los actores, con la única excepción del acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, y que también se puede ir al garete en los próximos días si Sánchez se deja seducir por los cantos de sirena que provienen de la orilla morada. Esa entente, la de socialistas y Podemos, es la única que tiene alguna posibilidad, pequeña, de instalar al líder del PSOE en la Moncloa. El desenlace, sin embargo, tardará aún unos días porque los protagonistas de la obra han anunciado que van a llevar la función hasta sus últimas páginas.
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