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Encarcelada por intentar matar a su bebé tras desconectarlo del monitor del hospital

La investigación apunta a que la mujer habría intentado asfixiar al menor, que llegó a entrar en parada cardiaca, aunque los pediatras lograron reanimarlo

JUAN CANO

Martes, 5 de julio 2016, 11:17

Una mujer ha ingresado este fin de semana en la prisión de Alhaurín de la Torre acusada del intento de asesinato de su hijo, un bebé de nueve meses que entró en parada cardiorrespiratoria mientras se encontraba hospitalizado en el Materno. La investigación apunta a que la madre, de unos 30 años y de nacionalidad española, lo habría desconectado del monitor que controlaba sus constantes vitales y, en ese intervalo, habría intentado asfixiarlo tapándole la boca con sus manos, según ha podido saber SUR.

Una enfermedad provocada para llamar la atención

  • La investigación policial y judicial abierta en relación a la parada cardiorrespiratoria sufrida por un bebé cuando se encontraba al cuidado de su madre en el Materno apunta, como principal hipótesis, a un supuesto intento de asesinato motivado por el síndrome de Münchausen por poderes. Tanto el personal médico como los propios investigadores sospechan que el episodio cardiaco padecido por el menor habría sido provocado por la madre para llamar la atención, posiblemente, de su marido, según explicaron las distintas fuentes consultadas.

  • El síndrome, que toma su nombre del barón de Münchausen (1720-1797), quien se hizo famoso por contar historias de aventuras fantásticas que nunca le habían sucedido, consiste básicamente en fingir y provocarse dolencias para adoptar el papel de enfermo. En consecuencia, el paciente llega a autolesionarse para conseguir la consideración (y la atención) de terceras personas, ya sea el personal médico o los propios familiares. El perfil es el de una persona con un historial plagado de intervenciones y que conoce perfectamente todas las rutinas hospitalarias.

  • Este trastorno mental tiene una variante denominada «por poderes», que está considerada una forma de maltrato infantil al ser sus víctimas los menores y los autores, sus padres, madres o cuidadores. En estos casos, se llegan a provocar en los niños síntomas reales o aparentes de una enfermedad inexistente, dejando incluso de alimentarlos o administrando fármacos para causar fiebres o diarreas.

Los hechos que ahora han llevado a la cárcel a la mujer sucedieron el 15 de junio en el hospital malagueño. Fue la propia madre la que dio la voz de alarma y advirtió al personal sanitario de que su hijo no estaba bien. En esos momentos, la mujer se encontraba a solas con el pequeño en la habitación. Los pediatras acudieron rápidamente y comprobaron que el menor había entrado en parada, por lo que comenzaron a realizarle maniobras de resucitación. Afortunadamente, dieron resultado.

Tras reanimarlo, los médicos empezaron a investigar el origen del supuesto accidente cardiovascular, que había estado a punto de costarle la vida, y también por qué la máquina que monitoriza el estado del paciente, que tiene una alarma para avisar de cualquier desviación del ritmo cardiaco fuera de los parámetros normales, no había avisado de que el bebé entró en parada. El hospital avisó a la empresa que instala estos equipos, que envió a un profesional para revisarlo por si se había averiado.

Las sospechas del personal médico se acrecentaron cuando el técnico observó que no se había producido ningún fallo en la máquina y, además, detectó que ésta había sido desconectada durante aproximadamente minuto y medio, que habría coincidido con el momento en que el bebé sufrió la mencionada parada cardiorrespiratoria.

A la vista de estos indicios, el hospital remitió el viernes un oficio al juzgado en funciones de guardia dando cuenta de lo que había ocurrido durante el ingreso del menor y las sospechas que había sobre la madre. Según ha podido saber este periódico de distintas fuentes consultadas, los propios pediatras habían hecho referencia a la posibilidad de que ésta sufriera el denominado síndrome de Münchausen por poderes, una forma de maltrato infantil que consiste en fingir o provocar enfermedades en el niño (el autor puede ser el padre, la madre o un cuidador) para obtener atención médica.

El Juzgado de Instrucción número 14 de Málaga, que estaba ese día en funciones de guardia de incidencias, encargó a la Policía Nacional que investigara los hechos. El caso recayó, por el cariz del asunto y la posibilidad de que se tratara de un intento de asesinato del bebé, en el Grupo de Homicidios de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría malagueña.

Un monitor en casa

Siguiendo la hipótesis de la presunta participación de la madre, una de las líneas de trabajo se centró en averiguar cómo había podido desconectar ella el monitor que controla las constantes vitales, ya que no puede ser apagado ni desenchufado -dispone de baterías independientes- y es necesario saber la combinación de botones que hay que pulsar para hacerlo. Al parecer, durante la investigación se logró averiguar que la mujer había tenido uno de esos monitores en su domicilio debido a otra patología observada en el bebé cuando apenas era un recién nacido, por lo que, supuestamente, estaría familiarizada con su manejo.

El sábado, tras recabar nuevos indicios contra ella, agentes de la Policía Nacional arrestaron a la madre del menor como sospechosa del episodio que había tenido lugar en el hospital. La mujer se acogió a su derecho a no declarar tanto en la comisaría como cuando compareció, ese mismo día, ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Málaga, que estaba de guardia de detenidos.

Aunque no declaró formalmente, la mujer habría manifestado de forma espontánea durante su arresto que le tapó la boca a su hijo para que le siguieran haciendo pruebas y los médicos no dejaran de investigar lo que le sucedía. Esa supuesta confesión, que encajaría precisamente con la variante del síndrome de Münchausen por poderes, junto con los demás indicios recabados en la investigación, llevó al representante de la Fiscalía a solicitar el ingreso en prisión de la sospechosa, medida que finalmente acordó la magistrada, quien le imputó un presunto delito de asesinato en grado de tentativa. La mujer se encuentra en Alhaurín desde el fin de semana y, según las fuentes, se le ha aplicado el protocolo de prevención de suicidios.

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