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r. c.
Miércoles, 7 de diciembre 2016, 12:05
Javier Fernández, batería de Los Piratas hasta la disolución de esta emblemática banda de rock, murió en agosto de 2015 por un disparo de la Guardia Civil. Dos agentes del instituto armado habían acudido a su casa de Ponteareas (Pontevedra) para impedir una supuesta ... agresión doméstica. En el transcurso de la intervención, uno de los agentes disparó su arma de fuego reglamentaria y una bala quedó mortalmente alojada en el abdomen del músico. Ahora el juez que ha llevado la investigación del caso considera que el agente debe ser juzgado por homicidio imprudente, según ha confirmado el abogado de la viuda.
El titular del juzgado de Instrucción número 2 de Ponteareas, que ha impuesto al agente una fianza de 30.000 euros, rechaza la versión de la Fiscalía que había solicitado el sobreseimiento de la causa basándose en que el guardia civil disparó en legítima defensa y con la eximente, además, de cumplimiento del deber. Esta posición no ha sido admitida por el juez, que sí ve indicios de delito y pide la celebración de juicio al igual que las dos acusaciones particulares que representan a la familia de Javier Fernández, padre de un bebé.
Su muerte ha sido objeto de polémica desde el momento en que se produjo debido a la existencia de dos versiones totalmente contradictorias sobre lo ocurrido en el interior de la casa. Según la Guardia Civil, la intervención se llevó a cabo para poner fin a un episodio de maltrato por parte del músico a su esposa.
Comportamiento agresivo
El Instituto Armado sostiene que Javier Fernández se comportó de forma muy agresiva y atacó a uno de los agentes que estaba en su domicilio. Ante la persistencia de su actitud, y siempre según la versión ofrecida por la Benemérita, el otro guardia se vio obligado a realizar un disparo intimidatorio que le alcanzó en el abdomen, causándole la muerte poco después.
Sin embargo, su viuda y sus amigos afirman que pidieron ayuda porque tenía un brote psicótico derivado de la enfermedad bipolar que sufría. Aseguran que en todo momento, se advirtió a los agentes y a los sanitarios desplazados a la vivienda de que el músico era un enfermo mental. La mujer ha negado, asimismo, que la hubiera tenido retenida o que hubiera corrido peligro ella o su hijo de pocos meses.
Habrá que esperar el resultado del juicio para ver cómo se valoran los hechos de la muerte del artista.
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