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El ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, iba buscando colocar un mensaje tras su encuentro de este jueves en Bruselas con la vicepresidenta de Valores y Transparencia, Vera Jourová, y el comisario de Justicia, Didier Reynders, y lo logró. «Sobre ... la ley de amnistía les tengo que decir que hay «cero preocupación» en la Comisión sobre la salud y la fortaleza del Estado de derecho y la separación de poderes en España. Cero –enfatizó–, ninguna». Menos de 24 horas después, sus palabras fueron desmentidas por un portavoz del comisario. Pero, lejos de rectificar, el ministro con más peso en el Gobierno de Pedro Sánchez se mantuvo en sus trece.
La cita con los dos miembros del ejecutivo comunitario tenía por objeto hablar de la situación española, pero se centró, fundamentalmente, en dos asuntos: el bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicial – que, según Bolaños, consumió la mayor parte de la conversación y sobre el que los comisarios expresaron una «preocupación máxima»– y la proposición de ley de amnistía para los encausados del ‘procés’ presentada por el PSOE a cambio del apoyo a la investidura de ERC y Junts y sobre la que la Comisión ha recibido, tal y como explicó en una carta reciente el propio Reynders, «muchas consultas».
El ministro aseguró que sus interlocutores «saben que es una proposición de ley absolutamente conforme con la Constitución, con el sistema legal español y también con el Derecho de la UE y con sus valores». Sin embargo, al ser preguntado por ello este viernes en una rueda de prensa en Bruselas, el portavoz de Reynders, Christian Wigand, no avaló precisamente esa versión del encuentro. «El análisis sigue en marcha; por tanto, en ese sentido el comisario no ha dicho por ahora que la ley de amnistía no plantea preocupaciones», apuntó.
Según explicó, Reynders transmitió a Bolaños que la proposición que pretende dejar impunes los delitos cometidos durante una década por políticos y activistas del independentismo catalán en su afán de lograr la secesión de España «suscita preguntas» al Ejecutivo comunitario, por lo que «quiere mantenerse en contacto con las autoridades españolas». El comisario envió hace varias semanas dos cartas al hoy ministro de Justicia y a su antecesora, entonces aún en el cargo, Pilar Llop, pidiendo «mas detalles», ya que Bruselas había recibido «numerosas consultas» de ciudadanos, asociaciones y formaciones políticas expresando su «preocupación» por la futura norma.
El Gobierno mantiene con el liberal Reynders una relación peculiar. En el pasado ya dejó entrever cierto malestar y desconfianza respecto a sus actuaciones. Incluso llegó a insinuar que actuaba con parcialidad a favor del PP en la pugna por la renovación del CGPJ. El comisario de Justicia, sin embargo, lleva más de doce meses reiterando, en contra de las tesis de los populares, que el relevo en el órgano constitucional debe producirse sin demora conforme a la ley vigente; aunque también insista en que la norma debería modificarse a continuación para que, en lugar de ser elegidos por las Cortes, sean los propios jueces quienes designen a sus vocales «conforme a los estándares europeos».
Lejos de darse por aludido tras la rectificación del comisario, Bolaños se ratificó, primero a través de un comunicado de su ministerio y luego de viva voz, en sus declaraciones de la víspera. «Palabra por palabra», dijo además. Esta vez y en una especie de trampa semántica, eludió, no obstante, referirse expresamente a la ley de amnistía y se limitó a insistir en que en la Comisión no existe ninguna inquietud respecto «a la salud del Estado de derecho y a la separación de poderes en España». El ministro cargó además contra el PP y contra Vox y aseguró que la Comisión no da ningún crédito al «ruido» que ambos han generado en torno a la polémica norma.
«Lamento haber pinchado el globo de la derecha y de la ultraderecha», adujo. «Les conocen muy bien, conocen cómo sobreactúan y exageran y cómo ponen en entredicho el nombre de España para atacar al Gobierno». Como prueba, señaló que de los quince europarlamentarios que participaron el pasado 22 de octubre en un debate sobre la amnistía en la Eurocámara, una docena eran españoles. Obvió, no obstante, que también lo hizo Reynders y que, pese a conceder que la situación de Cataluña es un «asunto interno», ya anticipó que estudiaría «cuidadosamente» la ley.
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