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Domingo, 24 de noviembre 2024, 21:17
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Los candidatos a secretario general de ERC Elisenda Alamany (Militància Decidim), Alba Camps (Nova Esquerra Nacional) y Alfred Bosch (Foc Nou) se han enzarzado por la figura de Oriol Junqueras (presidenciable de Militància Decidim): Alamany les ha acusado de atacar en campaña al mejor activo de ERC, mientras que Camps y Bosch lo han negado pero han defendido una renovación total del liderazgo.
Han protagonizado este domingo por la tarde un debate telemático en la sede de ERC, y la próxima semana lo harán los tres presidenciables, antes de que los militantes voten el 30 de noviembre.
Camps ha propuesto que el partido haga una ponencia política de ERC para alcanzar consensos, Alamany ha planteado un informe en 3 meses sobre las 'estructuras B' del partido, y Bosch una auditoría externa sobre las 'estructuras B' para exigir responsabilidades políticas a quienes fueron los responsables directos e indirectos.
Alamany (Militància Decidim) ha dicho textualmente que su candidatura posibilita que ERC vuelva a ser grande, reconecte con Catalunya modernizando su lenguaje y hable claramente, y «recupere la autenticidad y credibilidad perdidas» con las 'estructuras B', ha lamentado.
Alba Camps (Nova Esquerra Nacional) ha insistido en que su candidatura puede liderar de «forma diferente» y ha revelado que votó 'no' a la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat: «No es un elemento que nos tenga que separar como partido».
También ha valorado volver a conectar con la militancia, ya que esta «tiene derecho a saber como se toman las decisiones», dejando de ser espectadora para ser protagonista.
Bosch (Foc Nou) ha dicho que su candidatura implica que ERC pueda posibilitar la independencia de Catalunya.
Ha destacado que tienen una presidenciable mujer, a diferencia de las otras dos opciones, y también ha destacado que su lista no tiene a nadie de la actual dirección, y ha reprochado a las otras candidaturas que hayan criticado a Junqueras en la campaña interna del partido.
Alamany ha considerado textualmente innegociable que el presidenciable Oriol Junqueras es el mejor activo del partido, y ha lamentado que las otras dos candidaturas le quieran «inhabilitar» como hizo la Justicia.
También ha advertido de que Junts se beneficiaría de que ERC no tenga el liderazgo fuerte de Junqueras, y de que ser un partido fuerte garantiza no ser «muleta» de otros partidos.
Además, ha destacado que Junts sí «ha tenido clarísimo» que su líder debía seguir siendo Carles Puigdemont.
Camps ha asegurado que lleva toda la campaña «poniendo en valor el gran legado que deja Junqueras», aunque cree que ahora debería ocupar «otros roles».
Aun así, Camps considera que hay un cambio de ciclo político que merece liderazgos nuevos y recuperar el orgullo de pertenecer al partido, para alejarse de estos «meses de desgaste y vergüenza».
También ha dicho que para fortalecer a Catalunya hay que poner en valor «la lengua como elemento cohesionador».
Bosch ha considerado que ERC debe ser un partido grande pero eso no puede pasar por repetir el liderazgo de «los que lo han hecho pequeño», en alusión a la candidatura de Junqueras, y ha rechazado que ERC haya investido a un presidente de la Generalitat del PSC, actitud que promete dejar de tener.
Ha dicho que su candidatura es la alternativa válida para liderar y ha pedido «cambiar las formas» en el partido cuando ha visto que Camps y Alamany se criticaban mutuamente por la figura de Junqueras.
Ha advertido de que ERC ha pasado de arrasar a quedarse «prácticamente en vías de extinción» y cree que sólo se puede revertir cambiando de arriba abajo en vez del continuismo de Junqueras y su equipo.
«Las purgas no son compatibles con recoser», según Camps, y propone una ponencia conjunta para llegar a consensos, asegurando que son la única candidatura con una propuesta para recoser el partido.
Además, Camps insiste en una reconexión con el movimiento independentista y la mayoría de izquierdas, para «reconstruir» el proyecto.
Alamany ha asegurado que en ERC «hay sitio para todos» sin excluir a nadie y para que haya unión para salir adelante (ha asegurado que ella está consiguiendo consenso en el grupo municipal de Barcelona), contando así con toda la militancia.
Bosch ha dicho que su candidatura no ha entrado en disputas como sí cree que han hecho las otras dos, por lo que es la opción óptima para recoser el partido, y ha resumido su propuesta en el flanco internacional, en la movilización y en el flanco cultural y lingüístico.
«No ayuda» que Gabriel Rufián no hable en catalán en el Congreso después de lo que ha costado conseguir que no sólo se hable en castellano en la cámara alta.
Alamany ha dicho que hace falta regeneración interna: que no se repitan malas prácticas del pasado, devolver el protagonismo a la militancia, y la reconexión con Catalunya y con los catalanes que ERC ha perdido.
Ha asegurado que en su candidatura no hay «nadie» de las 'estructuras B', pero ha planteado hacer un informe que las aclare.
Camps considera que ha habido una «omisión de responsabilidades flagrante», y por eso propone una política más honesta, empática y transparente.
«ERC no es una empresa», ha dicho Camps, asegurando que sus valores no están en venta.
Bosch ha planteado «una auditoría seria, externa», de ERC, y hacer seguimiento del dinero que se ha pegado por las acciones que se han considerado malas prácticas, y que asuman responsabilidades quienes hayan participado directa o indirectamente.
También ha dicho que Junqueras tiene una responsabilidad política por las 'estructuras B' del partido aunque no supiera que existen y ha considerado grave que no lo supiera, si bien «cuesta de creer».
Y ha preguntado a qué espera ERC a cambiar de arriba abajo: «¿A estar por debajo de Vox y de AC? Porque llegaremos a este punto ¿eh?».
Camps defiende que no haya «militancia de primera y segunda», ya que valora la diversidad de opiniones y quiere que la militancia se sienta representada.
Alamany ha prometido crear la Sindicatura de la militancia y ha lamentado que hay militantes que no han pisado la sede central, que debe dejar de ser «un búnker» y abrirla con cita previa a los afiliados.
Bosch ha criticado que ERC haya perdido el «aire fresco de un partido asambleario» que respete a la militancia con hechos.
Los tres han coincidido en la importancia de que la militancia se sienta partícipe de las decisiones del partido.
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