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Iñaki Juez
Martes, 7 de mayo 2024, 09:36
Se dice que es bueno que hablen de uno aunque sea mal. En el caso de Antonio Barrul, hubiera preferido que su incidente en un cine de León no hubiera salido de allí. Pero en un mundo interconectado eso es ya una misión ... imposible. El boxeador profesional saltó a los focos mediáticos por un vídeo en el que se le ve como noquea a un hombre. La pelea puede costar al púgil una dura sanción que podría suponer el fin de su carrera deportiva. Horas después, el joven trata de explicar en las redes sociales su versión de los hechos en una «carta de sentimientos» que no deja indiferente.
Ya en el momento de hacerse viral el vídeo se supo que el noqueado, con evidentes signos de embriaguez según los testigos presenciales de la pelea, presuntamente «agredía» a su propia mujer ante la atenta mirada de sus hijos. Todo ello bajo los reproches del resto de asistentes y del propio Barrul. Precisamente, es este punto el que ha querido resaltar el boxeador que aparece en un vídeo escribiendo una carta locutada por él mismo y que según sus propias palabras fue subido esta madrugada porque «me cuesta dormir por todo lo ocurrido».
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El boxeador destaca que «dentro de lo sucedido existe un problema más grande: la violencia que se ejerce cada día hacia las mujeres que son víctimas de ataques como el que tuvimos que presenciar en esa sala de cine». En ese sentido, Antonio Barrul asegura que «no podemos dejar que esas situaciones sigan existiendo» y que «hay que luchar por la seguridad de las mujeres que sufren o tienen riesgo de sufrir violencia de género».
Barrul asegura que «lo único que pasaba por mi cabeza en ese momento era 'y si fuera mi madre..., y si fuera mi hermana y si fuera mi prima... y si le pasara a alguna mujer de mi familia'». «De nuevo pido perdón pero no puedo hacer la vista gorda con una situación así ocurriendo a mi lado», dice el boxeador para tratar de explicar por qué reaccionó así, al mismo tiempo que hubiera deseado que alguna otra persona presente en la sala también hubiera intentado detenerlo.
Aunque el púgil da también las gracias por el «enorme apoyo recibido», reconoce que lo ocurrido «no deja de ser una situación desagradable y muy desafortunada que ojalá no hubiera tenido que desarrollarse de esa manera». «La violencia no es la solución y no es la vía para confrontar los problemas», insiste el deportista en su particular 'mea culpa'. No obstante, espera que lo sucedido sirva «para concienciar de que este tipo de situaciones siguen existiendo y que debemos de actuar en contra de ellas», asegura en su emotiva carta.
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Juanma Mallo y Alain Mateos
Antonio Barrul se expone ahora a una dura sanción por hacer uso de sus habilidades fuera del ring. En las imágenes que se han hecho virales se puede ver cómo el boxeador trata de calmar al joven, que se encuentra especialmente alterado ante la atenta mirada de decenas de familias. Le advierte que no sabe quién es él y que pare sus insultos. «Maricón, perra...», se escucha al agresor mientras baja las escaleras para ponerse en posición de pelea. Barrul, que había intentado que abandonara la sala, baja y después de unos segundos de enfrentamientos le golpea con fuerza. Puñetazos con la izquierda y derecha, y una vez en el suelo, patadas al pecho. Le dejó ko. Concluida la pelea, el púgil volvió a su asiento donde le esperaba su pareja y su hijo mientras pedía disculpas al resto de los presentes: «Lo siento mucho, de verdad».
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