Casado anuncia que el PP apoyará a Revilla si el PSOE rompe el pacto de Gobierno

El pacto de Gobierno entre PRC y PSOEse acerca cada vez más al naufragio en el océano de la política nacional. El debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Ejecutivo nacional, lejos de alejar los nubarrones que se ciernen sobre el acuerdo, no ha hecho más que arreciar la tormenta, porque ni socialistas ni regionalistas se han movido un ápice de sus posiciones. El diputado nacional José María Mazón insistió en el hemiciclo en el 'no' a Sánchez al considerar «inasumible» el acuerdo con ERC, una decisión que el candidato socialista pidió que reconsidere porque los dos partidos «se están entendiendo» en Cantabria y una ruptura colocaría «las cosas en una situación insostenible». Todo un aviso a navegantes.

Las palabras de Sánchez revelan que el PSOE no va de farol cuando amenaza con romper la coalición en Cantabria en represalia por el voto en contra del PRCa la reelección de Sánchez. El ultimátum es firme y tiene muy mala marcha atrás, a tenor de lo visto en el hemiciclo.

En este escenario, el presidente del PP, Pablo Casado, irrumpió con un mensaje sorpresivo, al brindar el apoyo del PP al presidente Miguel Ángel Revilla para mantener su Gobierno en el caso de que los socialistas consumen su amenaza. «Si usted rompe el Gobierno de Revilla por el cambio de voto del PRC, mi partido le apoyará para dar estabilidad en Cantabria», anunció a media mañana en su primera intervención, tras criticar la «paradoja» que supone el hecho de que «el único apoyo» ajeno al PSOE que tuvo Sánchez en el debate de investidura fallido de julio sea ahora «coaccionado para mantener su apoyo a lo indefendible».

La propuesta de Casado era conocida de antemano en el PP de Cantabria. El mismo día que el PSOE lanzó el órdago a Revilla, la dirección regional del PP trasladó a Casado su disposición a ofrecer su apoyo al PRC para garantizar la estabilidad política, una proposición que fue asumida por Génova y en la que hubo plena sintonía.

También Ciudadanos, con sus tres diputados, se ha ofrecido a Revilla de manera «incondicional», aunque sus votos no son suficientes para garantizar la estabilidad política. «No pedimos ni exigimos nada, pero estamos dispuestos a ponernos de acuerdo en los términos que sean necesarios ante las amenazas del PSOE», señala su portavoz parlamentario, Félix Álvarez.

Mientras tanto, Revilla escucha y calla. Es tiempo de silencio hasta que se produzca el desenlace, un episodio que se conocerá el martes, día 7, fecha en la que se celebrará la segunda votación para la investidura de Sánchez. El presidente regional supone que ese día hablará con el secretario general del PSOE de Cantabria y vicepresidente del Gobierno, Pablo Zuloaga. «Según lo que me diga después de la votación del martes, tomaré las medidas que tenga que tomar. Pero que la gente esté tranquila porque en Cantabria la estabilidad del Gobierno no corre peligro. Está garantizada por el PRC en cualquier circunstancia», señaló en declaraciones a El Diario Montañés.

El líder regionalista asegura que no va a «consentir que haya ingobernabilidad en Cantabria. He pasado por otras crisis, incluso con el socio de Gobierno en la pasada legislatura, y no hubo ningún día en que el Ejecutivo no estuviese en pleno funcionamiento».

Pero tampoco se deja llevar por los cantos de sirena que le llegan en forma de apoyos de otras formaciones políticas. El ofrecimiento de Casado no le ha sorprendido y mantiene que «no tiene atado nada. No he hablado con nadie del PP, ni me ha llamado nadie de ese partido, ni tengo ofertas de nadie». Revilla insiste en que «en estos momentos estamos en un Gobierno de coalición con el PSOE y lo que ocurra mañana depende de ellos, de nadie más. No es nuestro deseo romper ningún pacto y, si alguien lo rompe, el PRCactuará en consecuencia».

La tranquilidad de Revilla nace de su fortaleza política. En los comicios autonómicos del pasado mes de mayo el PRCganó por primera vez en unas elecciones y obtuvo 14 diputados. Se quedó a cuatro de la mayoría absoluta. Si se consuma el divorcio de los actuales socios, el presidente regional tiene ante sí tres opciones. Podría convocar unas nuevas elecciones anticipadas, una decisión harto improbable y arriesgada después del estrés electoral que han sufrido los ciudadanos en los dos últimos años.

La aritmética parlamentaria le permitiría intentar gobernar en solitario, con pactos puntuales con PP (9 diputados) y Ciudadanos (3) e, incluso, con Vox (2) en aspectos estratégicos para la región, como la aprobación de los Presupuestos. Y, como tercera posibilidad, Revilla podría recoger el guante que le ha tendido Casado en el Congreso y suscribir un acuerdo que dé estabilidad política al Gobierno para toda la legislatura.

El ofrecimiento no es nuevo. «Es exactamente el mismo que le venimos ofreciendo a Revilla desde las pasadas elecciones autonómicas. Le dijimos que el pacto con Sánchez era un enorme error, como se ha comprobado ahora. Pero entonces Revilla eligió el error», subraya la presidenta del PP de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga. La dirigente popular sostiene que Sánchez «es una amenaza para España, pero también para Cantabria», y no ve «muy coherente» la actitud del PRC de retirar el apoyo a la investidura de Sánchez y «mantener al PSOE sentado en el Consejo de Gobierno de Cantabria».

Los populares cántabros no quieren alimentar especulaciones sobre los pormenores de ese acuerdo, ni aventurar escenarios ni construir castillos en el aire. «La pelota está ahora en el tejado de los socios de Gobierno. El PSOE ha lanzado un órdago, ya veremos si con la boca pequeña, y el PRC responde confirmando la vigencia de su pacto en Cantabria, así que son ellos quienes tienen que clarificar la situación», indica Buruaga, que no quiere ir más allá porque «el pacto no está roto». No sería la primera vez que Revilla gobierna con el PP, ya lo hizo en las legislaturas de 1995 y 1999 en sendos Gobiernos de coalición, siendo presidente José Joaquín Martínez Sieso. Pero a partir de 2003, ya como presidente, encontró una plácida convivencia con el PSOE, primero con Dolores Gorostiaga y después con Eva Díaz Tezanos. La llegada de Pablo Zuloaga enturbió esa cohabitación, pero aun así esta legislatura suscribieron un nuevo pacto de Gobierno que está a punto de saltar por los aires.

Son los socialistas los que saldrían peor parados si pierden este pulso y dan por roto el acuerdo, porque serían desalojados del poder y bien es sabido que hace mucho frío ahí fuera. El nuevo PSOE se hizo con cuatro consejerías en el Gobierno regional y con la vicepresidencia que ostenta Pablo Zuloaga. El Ejecutivo de esta décima legislatura engordó su estructura con una consejería más –la de Empleo y Políticas Sociales– que cayó en manos socialistas, seis nuevas direcciones generales y diez subdirecciones más, lo que permitió a Zuloaga colocar a sus partidarios en puestos de relevancia.

La ruptura del pacto dejaría a todos ellos en la calle, una situación muy dura de asumir para el secretario general. Pero es Ferraz quien manda y Bonifaz quien obedece, así que, aunque a la dirección regional no le guste nada el pulso a Revilla, no ha tenido más remedio que darse por aludida ante el desprecio infligido por el líder regionalista a Sánchez. La secretaria de Organización, Noelia Cobo, reiteró ayer que el «ultimátum» al PRC se mantiene firme, y que Revilla «debe elegir» entre mantener el acuerdo con los socialistas o «echarse en manos» de la derecha y aceptar ofrecimientos como hecho ayer por Casado.