Secciones
Servicios
Destacamos
Al Gobierno se le multiplican las vías de agua abiertas en la legislatura mientras trata de cerrar la investidura de Salvador Illa con los votos de ERC. El tiempo apremia y la propuesta de Pedro Sánchez de propiciar una financiación «singular» para Cataluña ha desatado ... un terremoto entre varias de las organizaciones territoriales que forman parte del grupo parlamentario de Sumar, apenas una semana después de que Yolanda Díaz dimitiera de los cargos de responsabilidad del partido tras los malos resultados de su organización en el ciclo electoral. La escalada es tal que este martes Compromís y la Chunta Aragonesista llegaron a amenazar con retirar su apoyo al Ejecutivo si se produce esta concesión sin contrapartidas análogas para Aragón o la Comunidad Valenciana.
De cristalizar la rebelión, que se suma a las quejas de PP y Vox y al lamento de algunos barones socialistas, el Gobierno vería debilitada su mayoría parlamentaria al perder otros tres apoyos respecto al número de diputados que respaldaron en noviembre la investidura de Sánchez. Sin embargo, tanto Moncloa como Sumar se muestran convencidos, en privado, de que la sangre no llegará al río y esgrimen dos cuestiones principales. La primera, que Compromís y la Chunta se ven «obligados» a elevar estas críticas sobre un asunto crucial para sus respectivos electorados. «Ni siquiera hay una propuesta sobre la mesa», insisten en la coalición magenta. Y, por otro, porque tanto el Ejecutivo y sus aliados coinciden en que el debate sobre la financiación autonómica deberá negociarse con todas las comunidades, abriendo un proceso que vaya más allá de la investidura de Salvador Illa. Todo ello pese a que fuentes de Moncloa siguen sin descartan «hacer compatible» una negociación bilateral con Cataluña, por un lado, y multilateral con el resto de territorios «velando por la igualdad y la equidad en el nuevo modelo de financiación».
En esa línea, la diputada de Compromís Águeda Micó, advirtió este martes en rueda de prensa en el Congreso de que la situación puede provocar una «crisis» para el Ejecutivo, puesto que retirarían su apoyo «para todo» si solo se pretende sacar adelante la propuesta propia para Cataluña. La manera de evitarlo, dicen, sería compaginar eso con soluciones para el resto de autonomías «infrafinanciadas». «Las posturas mágicas de negociación del PSOE no nos interesan y no tienen ninguna virtualidad política. Este es un tema muy serio», zanjó.
Su compañero de grupo parlamentario, el diputado de la Chunta, Jorge Pueyo, fue aún más lejos y llegó a lamentar que sus amenazas pudieran desembocar en «más ruido», «bloqueo» o, incluso, «un adelanto electoral» –«espero que no», matizó al instante–, pero fue igual de tajante que Micó. «Si Cataluña tiene una financiación singular y Aragón no, Chunta Aragonesista no podrá dar apoyo parlamentario. Cualquier nueva reforma del sistema de financiación que emprenda el Gobierno del Estado deberá tener en cuenta todas aquellas demandas y necesidades de Aragón», enfatizó el dirigente aragonès.
En un momento en el que Sumar, ahora con una dirección «interina y colegiada», ha dejado de ejercer de facto como el paraguas de las organizaciones que compartieron lista electoral en las generales del 23-J y la autoridad de Díaz sobre sus 27 parlamentarios sigue rodeada de incógnitas, este martes le tocó a su portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, la tarea de actuar como apagafuegos de la plataforma. El político madrileño cree que el de la financiación es «un debate inflamado» y sostiene que requiere de una negociación con todas la comunidades. «A Sumar no se le va a encontrar en la política de enfrentar a los territorios. No es un conflicto territorial, sino con los sectores más adinerados de la sociedad, que deben aportar más», zanjó.
Fuera de esta coalición, pero en el mismo espacio político, Podemos considera que el debate sobre la financiación «no puede ser un intercambio de cromos para una investidura». «Tiene que ser un debate estratégico de país. Abordarlo de ese modo es un error absoluto», señaló su líder, Ione Belarra.
En Moncloa también tratan de restar hierro al asunto. «Hablamos de trasladar un mejor modelo para el conjunto de las comunidades. No avanzamos nada si la única propuesta es agitar el agravio territorial», afirmó la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.