Los grupos cargan contra la treta del PP para retrasar las cuentas públicas

La primera portavoz que cuestionó las intenciones del PP con esta triquiñuela fue Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, que la achacó a «un juego de malandrines y masones» e ironizó sobre la falta de altura y el «poco respeto» de los conservadores a las demás formaciones por tenerse que reunir «en medio de una ola de contagios» para acoger «su último numerito». «Se han metido un gol en propia puerta que evidencia su oposición de política inútil e irresponsable», le recriminó, por su parte, la diputada del PSOE, Montse Mínguez.

La dirigente socialista, al igual que el resto de oradores, criticó la «incoherencia» de los de Pablo Casado, que denuncian la imposición lingüística en Cataluña mientras apoyan fomentar las lenguas cooficiales. «Si esto sirve para que el PP reconsidere su posición de promoción de las lenguas cooficiales –aseveró–, bienvenida sea la enmienda».

Más contundente fue el diputado de Ciudadanos, Guillermo Díaz, que acusó a los populares de llevar a cabo un «tacticismo» que, a su juicio, beneficia al «nacionalismo». La intervención del parlamentario liberal afloró la guerra abierta con la formación conservadora tras el adelanto electoral en Castilla y León, que deja a los de Inés Arrrimadas al borde del abismo. Díaz reprochó a los populares «ser esclavos de la maniobra de la puñalada» porque «con tal de fastidiar al PSOE votan ustedes lo que sea».

El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, incidió en esa idea del «gamberrismo» de los populares mientras que el diputado de Esquerra, Gabriel Rufián, acusó a los de Casado de «hacer el troll». «La gente debe saber –insistió– que hoy estamos aquí porque tenemos una derecha lamentable». El portavoz del PNV, Aitor Esteban, ironizó con que el apoyo del PP a la enmienda sobre lenguas cooficiales «abre toda una vía de posibilidades y de encuentro en la ley audiovisual», que llegará al Congreso en breve.

Antes había tomado la palabra el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que aseguró que la tramitación presupuestaria arroja «luces». «Luces que dejan a muchos de ustedes retratados y el retrato no es bonito», le dijo el diputado ultraderechista a la bancada popular a la que acusó de votar «con lo mejor de cada casa» a favor de «los chiringuitos lingüísticos del separatismo».

El diputado del PP Mario Garcés salió al paso de las críticas y justificó el apoyo de los populares a la enmienda sobre las lenguas cooficiales porque su partido, dijo, se sitúa en la «naturalidad» y en los márgenes constitucionales frente «al reduccionismo» de Vox y Ciudadanos y «la imposición» del independentismo y los nacionalistas.

Pablo Casado, presente en el hemiciclo, ignoró los ataques y arremetió desde el patio del Congreso contra el Gobierno y sus aliados por unos Presupuestos que son «la puntilla a la recuperación. «Son un fraude masivo por mantener previsiones económicas falsas –apuntó–, a cambio de un zoco de chantajes de los socios radicales de Sánchez por retener el poder».

La enmienda, que prevé destinar 1,6 millones de euros para la promoción de las lenguas cooficiales del Estado con los que no contaba el Gobierno, salió adelante por 286 votos a favor, 62 en contra y una abstención.