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Iñigo Gurruchaga
Londres
Jueves, 20 de julio 2023, 19:06
El juicio preparatorio sobre la demanda de compensación por Corinna Larsen al rey emérito, por los trastornos que le habría causado el supuesto acoso de su examante, se encrespó este jueves. Si los letrados de Juan Carlos afirmaron la víspera que el juicio por sus ... supuestos delitos debería celebrarse en España, los de Corinna fueron firmes sobre la idoneidad de que se vea en Londres.
El abogado Andrew Green, que es descrito como «una bestia» de los juzgados, un letrado «sin miedo y temible», se encaró al final de la tarde con Alexander Thompson, que el miércoles acarreó el argumento para juzgar el caso en España y le dijo: «Deberías estar callado cuando estoy hablando». Quizás Thompson le estaba pidiendo la venia o haciendo comentarios mientras desarrollaba sus ideas.
Sus ideas fueron expresadas con vigor y repetición. Los 'barristers' como él cobran cantidades exorbitantes por las horas en las que están en pie en los juicios, y es frecuente que el público, y los clientes, piensen que era innecesario hablar tanto tiempo. Al mediodía, un tal 'Lucas', emergió en la pantalla de quienes siguen el juicio por conexión telemática sin voz y sin cámara. Dos o tres se enchufan desde Abu Dabi, donde reside Juan Carlos. La juez ponderaba tras el fin de la visa si cerraba el canal, utilizado por prensa acreditada.
El argumento de Green es que la defensa de Juan Carlos quiere analizar separadamente los doce actos de supuesto acoso a Corinna para presentarlos como actos individualmente leves y así ignorar el daño causado. Leyó fragmentos de juicios previos en los que los tribunales reconocieron que el juicio debía celebrarse en el lugar de residencia de la persona perjudicada o dañada. «¿Dónde se juzga un crimen con pistola? ¿Donde se fabricó o donde se dispara?», leyó en una de las sentencias.
Green pidió a la juez que no acepte la solicitud de los defensores de Juan Carlos de incluir en el juicio una petición de que los tribunales ingleses renuncien a analizarlo por no tener jurisdicción sobre el caso. El emérito ha cambiado de abogados tres veces y, cuando los primeros tuvieron que confirmar que disputaban la competencia de los tribunales ingleses, se les pasó el plazo. Optaron por argumentar que había foros judiciales más convenientes. Los actuales han presentado la solicitud a última hora. Los abogados de Corinna les acusan de oportunismo.
Las cuestiones de territorialidad interesan a la juez cuando son planteadas. Y también le interesó en la sesión de la mañana el argumento del otro letrado de Corinna, Jonathan Clapan. Tras argumentar que el intento de la defensa de Juan Carlos de separar todos los actos denunciados, y así minimizar su importancia individual, se burla de la necesidad de considerar el conjunto de la conducta, se adentró en una solicitud más sinuosa.
Caplan afirma que solo en el juicio con testigos y pruebas se podrá analizar la conducta del acusado, que califica como «siniestra», y los daños causados. Acepta la sentencia del Tribunal de Apelación que en 2022 exoneró de castigo al emérito por los actos cometidos antes de su abdicación. Pero su acento en la historia y el contexto del pleito le lleva a exigir a la juez que se incluyan en el debate durante el juicio esos hechos, aún no probados, para comprender con fundamento «este asunto tan grave».
La juez Collins Rice se esforzó en formular correctamente la pregunta sobre ese asunto que le interesó en la sesión de la mañana: «¿Me pide que acepte que esos actos anteriores a la abdicación tengan consecuencias legales?» Este viernes termina este juicio de gestión del caso, que la juez sentenciará dando direcciones para la estructura del juicio con testigos y pruebas.
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