Borrar
Felipe VI, acompañado por Pedro Sánchez, durante la ceremonia de entrega del Premio Cervantes 2023 EFE
El difícil equilibrio entre el jefe del Estado y el del Gobierno

El difícil equilibrio entre el jefe del Estado y el del Gobierno

Sánchez siempre ha trasladado, y así dejó escrito, que mantiene una extraordinaria relación con el Rey pese a que la lista de desagravios no deja de aumentar

S. Rodríguez

Domingo, 5 de mayo 2024, 00:01

El martes 23 de abril, un día antes de que Sánchez publicara su carta a la ciudadanía, el Rey y Pedro Sánchez coincidieron por vez última en un acto público: en la ceremonia de entrega del Premio Cervantes a Luis Mateo Díez, en Alcalá de Henares. El presidente del Gobierno recibió a los reyes Felipe y Letizia con las manos en los bolsillos del pantalón de su impecable chaqué. Junto a él, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Ese gesto fue cuestionado por expertos en protocolo. Otro más en una lista de patinazos o desagravios, según quiera verse, que describen la relación entre el jefe del Estado y el del Gobierno. El más llamativo, cuando Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, se colocaron tras los Reyes en la recepción del 12 de octubre de 2018 en el Palacio Real para ser parte del besamanos;un asistente de Felipe VI agarró del brazo a Sánchez y sacó a la pareja de escena.

Aparte de los despachos semanales –no siempre el mismo día–, la comunicación entre el jefe del Estado y del Ejecutivo ha sido siempre fluida, más en los primeros meses de Sánchez en la presidencia, a la que llegó en junio de 2018 tras liderar la primera moción de censura que prosperó en democracia. Y este lunes fue Felipe VI el primero en conocer la decisión del presidente del Gobierno de que sí, de que se mantendría en el poder, tras cinco días de reflexión que comenzaron con la carta a la ciudadanía el miércoles 24 de abril. De lo que ocurrió en ese encuentro en Zarzuela nada se sabe, ni se sabrá. Pero, como el resto de la sociedad, el Rey se enfrentó a una situación inédita –otra más–: un presidente del Ejecutivo replanteándose si merecía la pena continuar.

La relación entre ambos comenzó en enero de 2016. Año y medio después de que Felipe VI fuera proclamado Rey de España, el jefe del Estado se encontró con la negativa de Mariano Rajoy a aceptar su encargo de formar Gobierno por la falta de apoyos necesarios. La Constitución, su hoja de ruta, no contemplaba qué hacer ante una parálisis institucional de tal magnitud, sin aspirante a la presidencia y sin posibilidad de activar el reloj de una repetición electoral. Se improvisó entonces proponer a otro candidato –Pedro Sánchez–, con las mismas o más posibilidades de fracasar en el intento. Pero, al menos, y con su aceptación, la maquinaria volvía a ponerse en marcha. «En aquellos días intensos, don Felipe y yo tuvimos la oportunidad de conocernos de verdad, en lo más personal, en una situación que ninguno de los dos buscábamos ni esperábamos, y en la que nos colocó la irresponsabilidad de otros», relató Sánchez en su 'Manual de resistencia'.

En junio de aquel año se convocaron nuevas elecciones, con triunfo del PP de Rajoy sin mayoría suficiente. Pero, esta vez sí, acabó siendo investido con la abstención de la mayoría de la bancada socialista, con una Ejecutiva en funciones tras la defenestración de Sánchez de la secretaría general por su martilleante «no es no». Aquella legislatura que inició Rajoy la concluyó Sánchez, quien en su primer libro, publicado en 2019 ya como inquilino de la Moncloa, también dejó escrito que Felipe VI y él forjaron «una relación de complicidad que superó y sigue superando a día de hoy, lo institucional. Conectamos de una forma especial, confiamos el uno en el otro y se estableció una relación muy franca». En Zarzuela no sentaron bien estas palabras y, aunque se optó por el silencio como respuesta, llegó a publicarse en su momento de fuentes cercanas a la Casa Real que el Rey dispensa el mismo trato a todos los políticos: «Si Sánchez se había creído una persona especial en el trato con el Rey, eso solo ha ocurrido en su imaginación».

La realidad es que hubo un antes y un después a la publicación del libro. Y la entrada de Unidas Podemos –más bien, de Pablo Iglesias– en el primer gobierno de coalición en democracia tensó las relaciones, por los continuos ataques de algunos de sus ministros y diputados morados a la Corona. La investigación judicial a don Juan Carlos y la marcha acordada con el emérito a Abu Dabi tampoco contribuyó a calmar las aguas, pese a que Sánchez y los ministros socialistas pusieron un cortafuegos entre la institución que encarnaba Felipe VI de los negocios de su padre, a quien le exigieron en vano explicaciones. El Rey, en su línea de dotar de transparencia a la institución, hizo público su patrimonio en abril de 2022.

Asunto personal o de estado

El momento de mayor tirantez entre Felipe VI y Sánchez se vivió en septiembre de 2020, cuando el Gobierno excluyó al Rey de la entrega de despachos a jueces en Barcelona, acto al que siempre había asistido. A finales del pasado noviembre, tras el juramento ante el Rey como presidente del Gobierno, Pedro Sánchez respondió a quienes aseguraban que Felipe VI le había recibido en Zarzuela con gesto serio y frío que la relación entre ambos era «extraordinaria», al tiempo que elogió su papel «absolutamente escrupuloso» como árbitro y moderador, en el marco del artículo 56 de la Constitución.

A la Carta Magna recurrió Sánchez en este proceso de reflexión del que dice salir más fortalecido para trasladar al Rey, primero, que se tomaba cinco días para replantearse su futuro y, después, para comunicarle que había decidido mantenerse la frente del Gobierno. El artículo 56.1 de la Constitución recoge que el Rey «arbitra y modera el funcionamiento de las Instituciones». Y las atribuciones reservadas para el Jefe del Estado están reguladas en el 62, en el apartado G, que dice que Felipe VI «tiene que ser informado de los asuntos de Estado». «Sánchez convirtió un asunto personal en un asunto de Estado», le recriminan en la oposición al líder socialista.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El difícil equilibrio entre el jefe del Estado y el del Gobierno