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Manifestantes y partidos independentistas boicotean el acto del Rey en Barcelona.

Los radicales independentistas acosan a los invitados a los premios Princesa de Girona

Puñetazos, insultos, escupitajos y empujones durante la protesta de los CDR contra Felipe VI que secundaron ERC y Junts

Lunes, 4 de noviembre 2019

La 'revolución de las sonrisas' se trasmutó este lunes en los alrededores del Palau de Congressos de Catalunya en una lluvia de escupitajos. La violencia desatada contra las fuerzas de seguridad desde que el pasado 14 de octubre se conociera la sentencia del 'procés' este lunes tuvo como objetivo en Barcelona a personas trajeadas pero sin uniforme, sin casco, sin escudo y sin porra. Una turba de radicales independentistas acosó y agredió a los incautos invitados a los

La protesta contra la primera visita de Felipe VI a Cataluña desde que se hiciera público el fallo del Supremo contó con la participación de varios miles de personas, aunque no fue, ni mucho menos, tan masiva como esperaba el independentismo, sobre todo después de que los más importantes colectivos secesionistas del Cataluña se unieran a la convocatoria hecha inicialmente hecha por Arran, las juventudes de la CUP. Organizaciones como Tsunami Democràtic, los CDR, Pícnic per la República, la ANC o Anonymous se sumaron y alentaron la protesta desde el principio. Solo Ómnium Cultural se desmarcó de este acto, que terminó derivando en violencia, y al que asistieron conocidos políticos independentistas como el republicano Ernest Maragall o la diputada de Junts per Catalunya (JxCat) Miriam Nogueras, amén de la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie.

Ninguno de los rostros conocidos del soberanismo intervino para apaciguar las aguas cuando pasadas las cinco de la tarde los invitados rezagados fueron hostigados en un episodio que evidenció un tremendo fallo de seguridad en el dispositivo conjunto del Ministerio del Interior y los Mossos. Un operativo que blindó la zona y movilizó a más de un millar de funcionarios del cuerpo autonómico, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil pero que no previó en ningún momento que alguno de los invitados al acto iba a tener problemas para llegar a pie al primero de los cuatro cordones que rodeaban el Palau.

Ante la mirada de los Mossos, que no abandonaron el primer cordón que custodiaban, los invitados despistados se vieron rodeados de una muchedumbre que les increpaba a escasos centímetros y que les zarandeaba. Los insultos, empujones y furtivas collejas a los invitados anónimos dieron paso directamente a las agresiones, patadas y escupitajos a los convidados con nombre y apellidos. Y sin duda, la peor parte se la llevó el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, quien finalmente desistió de intentar llegar al recinto. «Treinta años de adoctrinamiento y ahora sufrimos todo esto», dijo poco después de aguantar como pudo la ira de los congregados.

No fue el único rostro conocido que se convirtió en objetivo de los defensores de la república. Al presidente de Societat Civil Catalana, Josep Ramón Bosch, también le zarandearon e increparon. Lo mismo le ocurrió a Rafael de Medina Abascal, duque de Feria.

Más allá de los escupitajos e increpaciones la «gran protesta» contra los Borbones tres semanas exactas después de la sentencia contra los líderes independentistas no fue sonada.

Como ya ha venido ocurriendo en los últimos días tanto con las manifestaciones de los secesionistas y constitucionalistas pacíficos, también los radicales empiezan a acusar cierto cansancio. Los congregados nunca pasaron de dos o tres mil personas que, eso sí, lograron provocar un tremendo caos circulatorio en el oeste de Barcelona, al cortar la Diagonal. Aunque por el número, los Mossos bien podían haberlos recluido en una lateral de la arteria de la ciudad condal.

La convocatoria de este lunes, además evidenció que en el independentismo, incluso en el radical y más motivado, las sensibilidades son diferentes tan solo tres semanas después de la sentencia del procés. Mientras los Comités de Defensa de la República (CDR), Arran o Anonymous, la plataforma independentista que más activa se está mostrando en estos días (incluso revelando continuamente los movimientos de las fuerzas de seguridad), trataron de movilizar a sus seguidores para intentar boicotear la salida de los participantes en el acto, otros colectivos como la ANC o Pícnic, conscientes de que las imágenes del hostigamiento eran muy negativas, desconvocaron de inmediato para evitar que su nombre se viera envuelto en los actos de acoso.

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