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Esquerra culmina este fin de semana en Martorell (Barcelona) su largo proceso congresual, que empezó en diciembre con la reelección de Oriol Junqueras como líder ... del partido, derrotando al sector rival agrupado en torno a Marta Rovira, y que acabará entre este sábado y el domingo con la aprobación de su nueva hoja de ruta soberanista y las ponencias política y estatutaria.
En estos tres meses, desde que recuperó la presidencia de la formación, Junqueras ha centrado casi todos sus esfuerzos en hacerse con el control del partido y en intentar dejar atrás la imagen de una sigla dividida y partida en dos entre junqueristas y roviristas. Los equilibrios internos acabarán de definirse en las votaciones entre las bases de este fin de semana.
Mientras, ERC empieza a mirar más allá de los líos internos y a diseñar su estrategia para los próximos años, tras pasar en poco tiempo de gobernar la Generalitat a ser la tercera fuerza en Cataluña tras el PSC y Junts. La fecha que sitúa la nueva dirección en el centro es 2031. Esquerra cumplirá entonces cien años y es ahí cuando la ejecutiva republicana se pone como objetivo reactivar el 'procés'. Ocho años después del referéndum ilegal del 1-O y de la nonata declaración unilateral de independencia, el separatismo ha perdido el poder de la Generalitat y ya no tiene mayoría absoluta en el Parlament. Reanudar el 'procés' a corto plazo es imposible si el secesionismo sigue en minoría en la Cámara catalana. La actual legislatura catalana debería concluir en 2028.
La ponencia estratégica que las bases de ERC aprobarán este fin de semana fija dentro de seis años el momento de intentar un nuevo cambio de rasante hacia la soberanía. «Nos comprometemos a trabajar para la construcción de un escenario para 2031 que haga posible consolidar una mayoría social y política favorable al proyecto de república catalana y al ejercicio efectivo de la autodeterminación», afirma la hoja de ruta del partido.
ERC aboga por seguir «desmantelando las estructuras del Estado» en Cataluña, como creen los secesionistas que ocurrirá con la delegación de las competencias de inmigración a la Generalitat o la puesta en marcha de una financiación singular, que dote a Cataluña de una hacienda propia. Se trata, según los republicanos, de «preparar las condiciones», «reduciendo la presencia y el control del Estado en el territorio», para cuando recuperen el Govern y la mayoría en el Parlament poder «liderar el camino hacia el ejercicio de la autodeterminación».
Los de Junqueras hablan de «aprovechar cualquier espacio de influencia» y «hacer valer su papel clave en el Congreso» para avanzar en el objetivo de la independencia. Los republicanos aseguran que su alianza con el PSOE debe servir de «trampolín» para llegar a pactar un referéndum. ERC es socio de Sánchez desde 2018, cuando apoyó la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Los diputados de Esquerra invistieron posteriormente a Pedro Sánchez en dos ocasiones más (2020 y 2023). La primera, a cambio de los indultos a los presos del 'procés'; la segunda, como contrapartida a la ley de amnistía. La dirección encabezada por Junqueras es partidaria de mantenerse en la mayoría plurinacional en torno al PSOE, aunque ha marcado distancias. De entrada, se niega a negociar los Presupuestos de 2025 hasta que los socialistas avancen en el traspaso de Cercanías y concreten la propuesta de financiación singular para Cataluña.
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