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Cristian reino y Paula de las heras
Jueves, 19 de enero 2023, 00:33
El independentismo se la juega con la manifestación convocada a las 9:00 de la mañana de este jueves contra la cumbre que España y Francia celebran en Barcelona y con la que las fuerza nacionalistas tratarán de escenificar, en contra de la opinión del ... Gobierno, que el 'procés' no se ha acabado.
Por primera vez en mucho tiempo, el secesionismo, al menos por unas horas, compondrá una imagen de unidad. Convocan las tres plataformas nacionalistas (ANC, Òmnium y Consejo para la República) y participarán en la concentración los dirigentes de los tres partidos con representación parlamentaria (ERC, Junts y la CUP), extremo que no se produjo en la Diada del 11-S. La intención inicial era manifestarse junto a las cuatro columnas de Puig i Cadafalch (símbolo de las barras catalanas), a escasos metros de la entrada del MNAC donde se reunirán Sánchez y Macron. Pero los organizadores se han visto obligados a trasladar la concentración.
Está por ver cuánto dura esta unidad, ya que se han escuchado fuertes críticas desde Junts y la ANC contra la posición, casi una y su contraria, de ERC. La formación estará en la manifestación, representada por Oriol Junqueras, y también en la cumbre protagonizada por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, en la que el 'president' Pere Aragonès actuará de anfitrión. Aragonès, que gracias al Gobierno central ha logrado levantar el veto que los dirigentes internacionales mantuvieron con los líderes independentistas catalanes durante el 'procés', saludará a Sánchez y Macron, pero no podrá participar en las reuniones. El Palau de la Generalitat busca un hueco en la agenda de la cumbre o después para que el jefe del Ejecutivo catalán publicite sus reivindicaciones.
Aragonès también se la juega. Se las prometía felices, tras romper con Junts sin necesidad de someterse a una cuestión de confianza y después de pactar con el Gobierno la reforma del Código Penal, que ERC vendió como una «amnistía de facto», pero que de entrada no apunta a los resultados deseados por sus promotores. Al president se le está atragantando además la negociación presupuestaria. En una entrevista al diario francés 'Le Figaro', Aragonès trata de marcar perfil asegurando que el 'procés' no morirá hasta conseguir la secesión.
La reforma del Código Penal ha enrarecido el clima en el independentismo. En Junts acusan a ERC de haber pactado con el Gobierno el cambio con el objetivo de facilitar la extradición de Carles Puigdemont, cargan contra la vía pragmática de los republicanos y llaman a enterrar el diálogo con Madrid. Los junteros hasta insinúan que ERCha sido engañado por el PSOEo se ha dejado engañar para perjudicar al expresident.
El Govern sigue defendiendo el avance que, a su juicio, supone la reforma. Pero las relaciones entre ERC y el Gobierno pueden quedar tocadas si al final Junqueras continúa inhabilitado y la treintena de dirigentes nacionalistas pendientes de juicio por el 1-O son condenados a penas de prisión. El secretario general de Junts, Jordi Turull, aseguró el miércoles en TV3 que la protesta en coincidencia con la cumbre debe servir al movimiento nacionalista como «punto de inflexión» para intentar reactivar el 'procés'. En la Diada de 2022, participaron 150.000 personas; en el aniversario del 1-O, 10.000, y en la del 6-D, unas 4.500. Estas son las referencias numéricas ante «una oportunidad para demostrar nuestra fuerza», subrayóTurull.
Ni el Gobierno ni los socialistas ven, sin embargo, razón alguna para preocuparse. En Moncloa encuadran la manifestación en la necesidad de ERCde no dejarse comer terreno por Junts y en los movimientos propios de un año electoral en el que, dicen, todo se exacerba. Pero su tesis es que la sociedad catalana ya ha pasado de pantalla y que no hay riesgo de que Cataluña vuelva a incendiarse. Ni siquiera como reacción a los posibles reveses judiciales para los dirigentes del 'procés' pendientes de juicio. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se mostró tajante en la jornada previa. «El independentismo continúa, es legítimo, Pero no lo van a volver a hacer», dijo en Telecinco, en alusión al 'Ho tornarem a fer!' acuñado por el secesionismo tras la aplicación del 155.
Los socialistas admiten que la posición de ERC, con un pie en la cumbre y otro en las protestas, es difícil de entender, pero se quedan con que en el ámbito institucional la Generalitat haya decidido jugar el papel que le corresponde como parte del Estado. La elección de Barcelona como anfitriona de una cumbre a la que el Ejecutivo concede una enorme importancia y en la que se firmará un nuevo tratado de amistad con Francia que sustituirá al vigente de 1987, pretende tener también, en ese sentido, cierto efecto balsámico. «Es una manera bien clara de mirar al futuro en Cataluña», arguyó Bolaños.
El ministro subrayó que la ciudad sea sede del proyecto de interconexión «más importante de Europa», el conducto submarino que unirá Barcelona con Marsella para transportar en un futuro hidrógeno verde. El asunto, ya abordado en la cumbre de Euromed celebrada el pasado mes en Alicante, no estará en esta ocasión sobre la mesa. Pero el Ejecutivo insiste en ponerla en valor. «En 2017 las empresas huían despavoridas de Cataluña y ahora –aducen– hay inversiones mil millonarias».
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