Los otros fugados del 'procés'

Comín es la mano derecha de Carles Puigdemont desde que decidieron huir a Bruselas en 2017. Estaba procesado por sedición y malversación. Llarena le acusa ahora de malversación y desobediencia. Dirige desde Waterloo el Consejo para la república que preside Puigdemont.

Primero fijó su residencia en Escocia pero más tarde lo hizo en Bruselas. Estaba imputada por sedición (también por malversación hasta 2019) y ahora pasa a estar acusada solo por desobediencia. Ya no tiene orden de detención internacional. En octubre de 2022, puso un pie en España durante unos minutos, tras cinco de fuga. Puede regresar como ya lo hicieron Anna Gabriel o Meritxell Serret.

Huido en Waterloo junto a Puigdemont. Estaba reclamado por la justicia española para ser juzgado por malversación y desobediencia. La justicia de Bélgica siempre se ha negado a entregarlo para ser extraditado. Llarena le mantiene las mismas acusaciones.

Se marchó a Ginebra, en marzo de 2018, tras ser procesada por el Supremo por rebelión. Más tarde fue acusada de sedición y ahora Llarena pide juzgarla por desobediencia. No tiene riesgo de ser encarcelada y podría regresar de inmediato.