La gestora de Ciudadanos aprueba buscar alianzas electorales con el PP y el PSOE

Ante la dirección interina, Arrimadas desgranó su oferta de abrirse a una alianza electoral con el PP, el PSOE y la sociedad civil para frenar el auge del nacionalismo en estos tres territorios. Una propuesta que ha soliviantado al sector crítico porque cambia el rumbo estratégico de Ciudadanos antes de que se elija a la nueva cúpula naranja en el cónclave de marzo. Pero la gestora dio la bendición a su líder 'in pectore' con el argumento de que un posible adelanto electoral en Cataluña o Euskadi –donde existe un plazo legal de diez días para presentar coaliciones desde la convocatoria electoral– obliga a un plan de contingencia. «Nosotros creemos que es importante que en un momento excepcional se exploren todas las opciones», remarcó la portavoz Melisa Rodríguez.

Unos acuerdos que no se antojan sencillos. A nadie se le escapa que el aliado natural de Ciudadanos en esta aventura es el PP y que no hay ninguna posibilidad de que los socialistas se unan a los dos partidos que le hacen oposición en el Congreso. «Pueden recapacitar en cualquier momento», insisten en Ciudadanos, que aspiran también a sumar a la plataforma a personalidades de la socialdemocracia o a exdirigentes socialistas descontentos con la «deriva nacionalista» de Pedro Sánchez.

De momento, la dirección provisional ha designado un grupo de trabajo para que explore las posibles fórmulas preelectorales e inicie los contactos pertinentes con el resto de formaciones. Al frente estará el presidente de la gestora, Manuel García Bofill, acompañado por el secretario de Organización, Fran Hervías, o el secretario general del grupo parlamentario, José María Espejo, entre otros, pero del que no formará parte el que fuera el hombre fuerte de Rivera, José Manuel Villegas.

Aunque los liberales no quieren desvelar sus cartas antes de empezar a negociar, su intención es cerrar un acuerdo global para las tres comunidades a pesar de que el PP se resista en Galicia. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que gobierna con mayoría absoluta, rechaza un pacto de estas características y Ciudadanos le recuerda que algunas encuestas apuntan a que solo mantendría el Ejecutivo autonómico por un escaño. «No sé cómo va a explicar a sus votantes que ha querido despreciar a Ciudadanos en Galicia si luego por un escaño se queda sin Gobierno y nos gobierna el BNG», advirtió este miércoles Arrimadas en TVE.

Los liberales tampoco quieren hablar de nombres ni de líneas rojas. En todo caso, tienen claro que el candidato a la Generalitat correspondería a Ciudadanos, como fuerza mayoritaria, aunque se abren a consensuar al cabeza de lista como hicieron en su momento en Navarra. Una opción que dejaría en la cuerda floja a su candidata en Cataluña, Lorena Roldán, que ganó en julio las primarias naranjas.

El plan de Arrimadas ha irritado al sector crítico, cuya cara más visible es el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, que considera este último movimiento un «error estratégico» porque «en la política española las coaliciones preelectorales nunca suman». Igea, que amaga con disputarle el liderazgo a la jerezana, presentará este viernes la enmienda a la totalidad a la ponencia de Estatutos con la que los críticos quieren dar la batalla en el congreso de marzo. En ella apuestan por un modelo de partido que acabe con el hiperliderazgo, que «fomente y tolere el debate» interno y que acabe con los nombramientos a dedo.