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TERRY BASTERRA
Martes, 22 de diciembre 2020, 22:25
El Gobierno vasco ha aprobado un paquete de restricciones para Navidad que se centran principalmente en evitar las posibles celebraciones vinculadas al fin de año. Entre las acciones más destacadas está el reducir de 10 a 6 el número de personas que pueden sentarse a ... una mesa en Nochevieja y adelantar el toque de queda los días 24 y 31 de diciembre. Pasa de la 1.30 de la madrugada a las 00.30.
Según ha informado la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, el levantamiento del confinamiento perimetral en Euskadi se mantiene fijado entre el 23 y el 26 de diciembre, tal y como estaba previsto, pero se reduce del 31 de diciembre de 2020 al 1 de enero de 2021 (antes se podía desde el 30 de diciembre al 2 de enero). De este modo se intensifican de este modo las restricciones en torno al fin de año para evitar en lo posible la movilidad en torno a esta celebración.
Se establece además para los días 24, 25, 31 de diciembre y 1, 5 y 6 de enero el cierre de todo tipo de establecimientos comerciales y de hostelería y restauración a las seis de la tarde. «Pretendemos con esta medida evitar aglomeraciones en las compras de última hora en esas fechas y también las tradicionales aglomeraciones de personas en bares en las últimas horas de esos días», ha dicho Sagardui. Solo podrán permanecer abiertas a partir de ese límite horario farmacias, áreas de servicio y gasolineras.
Con el fin de prevenir que cualquier posible fiesta en un domicilio enlace luego con el horario de apertura de la hostelería el consejo asesor del LABI ha decidido que a los días 25 de diciembre y 1 y 6 de enero que la apertura de los bares y restaurantes no podrá realizarse antes de las 9 de la mañana. Misma hora se ha fijado para los comercios.
En esta misma línea de prevenir celebraciones, el Gobierno vasco establece que entre el 30 de diciembre y el 2 de enero de 2021 los campings no podrán admitir clientes que no estén alojados con anterioridad al 28 de diciembre. «Se han detectado intentos de organización de fiestas de fin de año, mediante el alquiler de bungalows y otros servicios asociados a los campings. Con esta medida tratamos de prevenir esta práctica» ha especificado la consejera.
Así mismo y para evitar que hoteles, casas rurales, campings o cualquier otro de tipo de establecimientos puedan acoger «cotillones, banquetes o celebraciones tanto en sus espacios comunes, como en habitaciones» el Ejecutivo ha decidido que los días 31, 1, 5 y 6 «queda prohibida la celebración de cotillones o cualquier banquete o celebración en hoteles, casas rurales.
Para este tipo de negocios con servicio de restauración se fija que a partir de las 20 horas del 31 de diciembre y del 5 de enero «únicamente podrán servirse cenas a las personas que se encuentren alojadas y debidamente registradas en los mismos», detalla el Ejecutivo en una nota. Unas comidas y cenas en las que no se podrá superar el número de 6 comensales sentados a una misma mesa, además de fijar a las 23.30 la hora límite en la que deben poner fin a las veladas. «Se pretende prevenir que hoteles, casas rurales y alojamientos turísticos puedan utilizarse para celebraciones que desborden las limitaciones establecidas para el conjunto de la sociedad en sus domicilios particulares», ha dicho Sagardui.
La consejera ha sido preguntada por qué se ha esperado ahora a tomar estas medidas y no la pasada semana, cuando la situación epidémica. En su respuesta ha argumentado que la evolución al alza de la pandemia en otras comunidades autónomas y en varios países europeos, junto a aparición de una nueva cepa del virus más contagiosa en Gran Bretaña, hace necesario aplicar estas restricciones.
También ha añadido que se ha decidido mantener las 10 personas que pueden sentarse a una mesa en Nochebuena porque se trata de una celebración en la que «el ambiente es más familiar» y comedido.
En el Gobierno vasco intuyen además, por las palabras de la consejera, que la difusión del virus será mayor para el 31 que para el 24 fruto de «las aglomeraciones que venimos acumulando en varios fines de semana» y que aún no se han traducido en personas infectadas que hayan contactado con los servicios sanitarios. Por tanto, la probabilidad de que las cenas de esa noche pueda haber transmisión del virus es altamente superior.
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