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Rocío Romero
Badajoz
Miércoles, 12 de febrero 2025, 09:31
«Administrativamente no observé irregularidad», ni en el proceso de creación ni de adjudicación del puesto de coordinador de actividades de los conservatorios que terminó desempeñando el hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez, en la Diputación de Badajoz. Es la tesis que defendió el ... jefe de Recursos Humanos en la institución, José Ramón Suárez, ante la jueza Beatriz Biedma, que trata de desentrañar el proceso por el que David Sánchez ocupó esa plaza y si la institución la preparó para él.
Suárez fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Badajoz y su cuenta de correo electrónico corporativa de la Diputación fue intervenida por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dentro de esta investigación. Este contestó a las preguntas de la jueza el pasado viernes durante una hora y media.
José Ramón Suárez defendió que la institución procedió de forma correcta a la hora de crear la plaza y su adjudicación, y dijo que no sabía que se había presentado el hermano del presidente del Gobierno hasta que lo denunció el entonces secretario general de Podemos, Álvaro Jaén, en el verano de 2017. Aquello fue unos días antes de que David Sánchez firmara el contrato de la institución. «Durante el procedimiento de selección, no tenía ni idea de quién era«, respondió.
La jueza se interesó por saber cómo funciona el área de Recursos Humanos de la institución provincial, cómo se procede dentro de las comisiones que celebran y cuáles eran específicamente sus funciones. Suárez desveló durante el interrogatorio que las plazas de nueva creación llegan a las comisiones prácticamente decididas y no recuerda que nunca hayan denegado ninguna.
José Ramón Suárez empezó a trabajar en 1984 y se jubiló el pasado 5 de noviembre. Ha desempeñado sus funciones en Recursos Humanos desde 1989/1990, por lo que orientó sobre la forma de proceder en la creación de plazas.
La instructora Biedma le cuestionó por algunos de sus correos en los que hablaban sobre la creación del puesto de coordinador de conservatorios y por los tiempos para su cobertura, dado que en uno de los mensajes que le remitió la entonces directora de área de Recursos Humanos, Juana Cintas, le preguntó cuánto tiempo podían tardar en cubrir este puesto.
-«Ese tiempo mínimo fue casi igual», añadió la jueza. «¿Era normal que le preguntaran por los tiempos para todos los puestos?»
-«Por todos, tampoco. Pero habitual, sí. No recuerdo que fuese especial, pero sí que empezaba el curso y que querían tenerlo entonces».
El periodo de adjudicación podría reducirse en cinco días si no se producían excluidos, había aclarado Suárez en esos correos. En otros interrogatorios, la jueza se ha interesado por qué no fue excluido uno de los diez aspirantes que no lograron la plaza y que no presentó en su momento el proyecto para la coordinación de los conservatorios. También si esa no exclusión se pudo decidir para agilizar la adjudicación.
Habitualmente, explicó Suárez, los asuntos de los conservatorios suelen aligerarlos entre junio y julio porque agosto es inhábil y el curso empieza en septiembre.
En cuanto a la modificación de la plaza original como coordinador de actividades de los conservatorios a jefe de la Oficina de Artes Escénicas en 2022, Suárez respondió que se trataba de añadir una serie de funciones a las que venía realizando en los conservatorios. Estas últimas son las relacionadas con los montajes de ópera, que comenzó a poner en marcha en 2019.
Pero la jueza insistió, según ha podido saber este periódico, por qué ese «cambio de nomenclatura» no fue acompañado de una ficha especificando las funciones, como ocurrió con el medio centenar de plazas que la institución ha modificado en los últimos años y cuya documentación le ha remitido a la jueza. Esto es relevante porque, como viene apuntando la jueza en sus autos, no solo investiga la adjudicación de la plaza sino también si esta se pudo ir acomodando posteriormente a las preferencias personales de David Sánchez y, por tanto, dejar las actividades en los conservatorios (como dijeron los directores en sus declaraciones) para centrarse en las óperas.
«¿Si en un cambio de modificación de un puesto no se incluyen las funciones, cómo puede valorarse por la comisión, el interventor y el secretario y todos los filtros de la administración?«, cuestionó la instructora.
Y Suárez replicó que daba por hecho que «cumplía las funciones anteriores». «Parto de la base de que era un cambio de denominación, pero seguía teniendo las mismas funciones que al principio. Si se le hubieran quitado las primeras funciones y puestas otras, el puesto no era el mismo».
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Ana del Castillo
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