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El juez de Madrid Juan Carlos Peinado, instructor de la causa contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, acordó este lunes que el ministro ... de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, declare como testigo el próximo 16 de abril a las 10:00 horas. Lo cita para que aclare las funciones de María Cristina Álvarez Rodríguez, la asesora de Moncloa que trabajaba para la cátedra extraordinaria en Transformación Social Competitiva (TSC) que la investigada codirigió en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
La intención del magistrado es tomar declaración al ministro en su despacho oficial, como ya hizo con Sánchez en la Moncloa el pasado julio. Desde el departamento que dirige Bolaños aseguraron que «el ministro responderá, en su condición de testigo, cualquier cuestión que se le plantee», aunque afirmaron no haber recibido todavía la comunicación oficial del juzgado.
Peinado decidió interrogar al titular de Justicia sin, aparentemente, habérselo pedido ninguna acusación popular personada. Lo hará en todo caso después de que el pasado 24 de febrero tomara declaración, también como testigo, al exvicesecretario de Presidencia Alfredo González Gómez, que fue quien propuso el nombramiento de Álvarez como asesora en 2018.
González arguyó que él se había limitado a elevar la propuesta del nombramiento que le había llegado de su superioridad y señaló a Bolaños como su responsable por entonces, cuando era secretario general de la Presidencia. Éste afirmó que en verano de 2018, tras la moción de censura que ganó Sánchez, el nombre de Álvarez le llegó dentro de un listado de 80 nombres y que él no sabía nada de ella.
La susodicha, que tiene la condición de investigada desde el 28 de enero y que luego recurrió su imputación al considerarla «caprichosa», está en las últimas semanas en el foco de Peinado, quien ha reclamado a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil un análisis del tráfico de llamadas de la investigada desde su nombramiento en 2018 hasta la actualidad.
El juez ha pedido en particular conocer todo el intercambio de comunicaciones que tuvo con números de la Complutense, del Grupo Barrabés, del Instituto de empresa, del África Center y de varias empresas que colaboraron con la cátedra como Google, Manpower, Telefónica, Fundación Caixa o Reale.
El nombre de Álvarez saltó a los medios al conocerse el contenido de varios mails adjuntados a la causa contra Gómez por presunto tráfico de influencias, corrupción en los negocios y, desde hace unas semanas, también por apropiación indebida e intrusismo profesional. En esos mails se evidenciaba que Gómez usó, al menos desde noviembre de 2021, a Álvarez para ocuparse de gestiones de la cátedra. Incluso, que ésta era la encargada de gestionar los patrocinios externos de las empresas colaboradoras o de montar un gran evento relacionado con la cátedra con 500 asistentes en la Feria de Madrid por encargo de la mujer de Sánchez.
Su situación se volvió más delicada aún cuando el letrado de Begoña Gómez, el exministro socialista Antonio Camacho, aportó varios mails para intentar probar que su defendida siguió siempre las órdenes de la Complutense a la hora de registrar el polémico software (programa). Pero esos correos lo que realmente constataron fue que la empleada de Moncloa se encargó personalmente de esas gestiones técnicas de la cátedra.
En su testifical del 20 de diciembre, Álvarez sostuvo que solo ayudaba a Gómez en sus labores profesionales y académicas en su tiempo libre como «favor» por su «amistad» con ella. Y que no lo hizo como directora de Programas de la Secretaría de Presidencia del Gobierno, que es el puesto oficial que ocupa.
«Esta parte (la de trabajar para la cátedra) es de favor, es un segundo en comparación con las 24 horas al día y 365 días» de funciones estrictamente «oficiales» e «institucionales», afirmó la testigo, quien confirmó que fue contratada para «gestionar la agenda» de la esposa de Pedro Sánchez a pesar de que su cargo figura dentro del organigrama de Presidencia con ese título de directora de Programas.
La asesora, que confesó que tiene un nivel 26 y que cobra 49.000 euros al año, aseguró que entró en Moncloa el 16 de julio de 2018, días después de que la moción de censura de Sánchez, y que lo hizo de la mano de su mujer, que fue quien la fichó para crear un «entorno de confianza, seguridad y discreción» alrededor de su persona. Según la compareciente, entró para este puesto de «confianza y asesoramiento» en la misma posición que han ocupado otras asesoras de las mujeres de los anteriores jefes del Ejecutivo. «Begoña me comento que era un puesto de confianza de la mujer del presidente, era lo que había ocurrido siempre con otros gobiernos», insistió.
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