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Un posible encuentro entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont sigue sobrevolando los contactos entre los socialistas y Junts, que se tantean antes de entrar a fondo en una negociación sobre los Presupuestos Generales del Estado, cuya aprobación allanaría la legislatura de Pedro Sánchez. Los junteros ... han lanzado este jueves un aviso al presidente del Gobierno, uno más, mientras continúan sin llegar a un acuerdo sobre el techo de gasto y el traspaso de las competencias de inmigración a la Generalitat.
Según la formación independentista, Sánchez ya va «muy tarde» para aplicarle la «amnistía política» a Puigdemont. «Depende de ellos, no lo están haciendo. Han perdido muchas oportunidades, no insistiremos más», ha avisado el líder de Junts en el Parlamento catalán y vicepresidente del partido Albert Batet, desde Cardona (Barcelona), donde el grupo parlamentario postconvergente ha preparado el curso político en Cataluña. A la espera de que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la ley de amnistía, lo que podría ocurrir antes del mes de octubre, los independentistas han puesto sobre la mesa el concepto de amnistía política para el expresidente de la Generalitat, que pasaría por que el presidente del Gobierno se reuniera con él antes de beneficiarse de las medidas legales de gracia y que el Ejecutivo, además, autorizara la asignación de escoltas por su condición de expresidente. «Me tratan como a un delincuente», denunció semanas atrás el líder de Junts.
Los postconvergentes lanzaron sendos ultimatums a los socialistas. Por un lado, fijaron el final de año como plazo para el acuerdo en el traspaso de las competencias al Govern en inmigración, y ese pacto aún no se ha producido, y además situaron para el 7 de enero la decisión de la Mesa sobre la tramitación de la propuesta de los nacionalistas de que Pedro Sánchez celebre un debate sobre si debe someterse a una cuestión de confianza. De momento, la Mesa no se ha reunido aún. Junts ha evitado recordar esos dos órdagos al Gobierno y es significativo que el discurso que Puigdemont trasladó ayer a su grupo parlamentario en el arranque de las jornadas en Cardona no fue en abierto para los medios de comunicación como suele ser habitualmente. El expresidente de la Generalitat advirtió semanas atrás a Sánchez de que si la Mesa tumba su iniciativa sobre la cuestión de confianza, la legislatura entrará en colapso y hasta llamó a sus dirigentes a estar preparados para la ruptura. Está por ver si hay acuerdo sobre inmigración, si Junts aflojaría con la cuestión de confianza.
Pedro Sánchez aseguró en su balance de fin de año que no tendría ningún problema en reunirse con Carles Puigdemont antes incluso de que su amnistía sea avalada por los tribunales, pero en el Gobierno nadie prevé que el eventual encuentro entre el presidente y el líder de Junts vaya a celebrarse de manera inminente ni siquiera en el corto plazo.
En el Ejecutivo dan a entender que la cita no es en estos momentos prioritaria para el expresidente de la Generalitat y los socialistas creen que carece de sentido utilizar esa carta en vano o incluso quemar Sánchez en una reunión de mero trámite negociador. Fuentes gubernamentales apuntan que lo «lógico» es que la reunión con Puigdemont se produzca una vez exista acuerdo sobre las Cuentas de 2025, que el Gobierno prevé enviar a las Cortes a lo largo del primer trimestre del año. Ahora, dicen, el asunto no está siquiera «encima de la mesa» ni «en el radar».
La vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, ha defendido este jueves «normalizar» las relaciones con el líder de Junts incluso antes de llegar a un acuerdo sobre Presupuestos. «No estaría mal» que pudieran verse. «Me da igual cuándo y dónde. Hay que normalizar la situación. Es mi opinión personal», ha asegurado en la Ser.
Los socialistas mantienen abiertas las conversaciones con Junts para cerrar algunos compromisos pendientes. Los independentistas catalanes sostienen que ni siquiera se sentarán a hablar de los Presupuestos Generales del Estado si antes Sánchez no cumple con algunas de sus exigencias. Una de ellas, es la delegación «integral» de las competencias de inmigración a la Generalitat, que el Ejecutivo comprometió a cambio de que Junts no obstaculizara la convalidación de los primeros reales decretos leyes de la legislatura hace poco menos de un año.
Batet ha dado a entender este jueves que podría haber acuerdo en inmigración, ya que entre la batería de iniciativas que pondrá su grupo en marcha en el Parlament está una ley catalana, que debería desarrollar la delegación de competencias. «No sabemos cómo va a acabar la negociación», ha dicho el dirigente nacionalista. «No sabemos si el PSOE cumplirá los compromisos, pero si se da el caso», Junts impulsará una norma para aplicar una política sobre migración adaptada a Cataluña.
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