Casi 90 detenidos en otra noche de revueltas por Pablo Hasel

El martes, los disturbios se limitaron a Cataluña y Valencia, el miércoles alcanzaron también a Madrid, Granada y Vigo, mientras que anoche volvieron a centrarse en varias ciudades catalanas y en la capital levantina. El mayor número de personas arrestadas estos tres días se registró en Cataluña, con 57, seguidos de los 19 contabilizados en Madrid, ocho en Valencia y otros cuatro en Granada. No obstante, la mayoría de los primeros detenidos quedaron en libertad por orden judicial al día siguiente; eso sí, investigados por la supuesta comisión de un delito de atentado a la autoridad por concretar.

No obstante, las protestas violentas han ido perdiendo seguidores, según medios policiales. Así, de los 4.500 manifestantes estimados en Barcelona el martes, se pasó a 1.700 el miércoles y en torno a 500 el jueves, cuando quemaron contenedores con los que formaron barricadas, lanzaron adoquines a la Policía y rompieron los cristales de la sede de 'El Periódico de Catalunya'.

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Anoche también hubo disturbios en Tarragona, con un corte de la autovía A-7 y quema de mobiliario urbano en algunas calles, mientras que en Sabadell hubo lanzamientos de piedras contra el cordón de agentes que protegía la comisaría de Policía Nacional. En Valencia, los antidisturbios realizaron varias cargas para dispersar a unos 300 jóvenes, que destrozaron contenedores y papeleras por el centro de la ciudad, además de arremeter contra varios vehículos aparcados.

Prácticamente todas las concentraciones de estos días no estaban autorizadas por las respectivas delegaciones del Gobierno central. Habían sido convocadas a través de redes sociales y, tras la mayoría, aparecían varios colectivos nacionalistas, independentistas y de izquierdas.

En Cataluña, el director general de los Mossos, Pere Ferrer, atribuyó los actos violentos de estos días a grupos organizados de encapuchados, «violentos y agresivos», que se «infiltran» en las protestas para causar «daño». «Gente que sale a destrozar la ciudad y a atacar a la policía», añade. A estos jóvenes alborotadores se les unen «oportunistas» que «nada tienen que ver con el motivo inicial de las protestas», y que aprovechan para saquear comercios.