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Un desencuentro entre familias originado por un asunto sentimental del pasado entre dos adolescentes: Sonia, la novia de la trágica boda celebrada este sábado en Torrejón de Ardoz (Madrid), y el sobrino del autor material del atropello múltiple. La investigación policial del trágico suceso que ... se saldó con cuatro muertos y ocho heridos, cuatro de ellos graves, trata de conocer todos los pormenores del brutal crimen, aunque ya maneja algunos indicios para tratar de esclarecer el caso.
El Grupo VI de la Brigada de Homicidios de la Policía Nacional ya ha tomado declaración al principal detenido, un ciudadano portugués de 35 años y pariente de Rubén, el novio de la boda, que conducía la monovolumen que embistió «de forma indiscriminada» al grupo de personas que se encontraban en el aparcamiento del restaurante sobre las 2:40 de la madrugada del domingo, «dando volantazos para causar el mayor daño posible a los viandantes e incluso pasando por encima de algunos de ellos».
Los hechos ocurrieron en el restaurante Rancho Rodeo, ubicado en una zona de naves industriales de la Avenida de la Constitución número seis de Torrejón de Ardoz. Los muertos son tres hombres y una mujer: Juan Ramón R. V., de 60 años; Casiano R. B., de 37, Iván M. S., de 17, y Consuelo B. S., de 66 años, que sufrieron fracturas y politraumatismos derivados del fuerte impacto causado por el vehículo, un Toyota Corolla que se dio a la fuga. El conductor y sus dos hijos menores fueron detenidos hacia las 4:00 de la madrugada por la Guardia Civil en la localidad de Seseña (Toledo), situada a 40 kilómetros al sur de Torrejón, mientras que un cuarto ocupante del vehículo, sobrino del primero de 18 años, sigue huido a esta hora.
Ninguno de los cuatro formaba parte de la celebración del banquete -que contó con unos 250 invitados-, aunque sí asistieron a la ceremonia religiosa, según explicaron desde el entorno familiar. Las primeras pesquisas de la investigación criminal apuntan a una riña en el exterior del restaurante donde se celebró con «absoluta normalidad» la cena, según señaló Agustín, propietario del negocio.
Al parecer, el autor material del atropello se presentó en el convite a media noche junto a sus allegados y tuvo un enfrentamiento con varios invitados. El padre del novio le invitó a que se marchase para evitar males mayores y le acompañó hasta la puerta. Pero fuera del restaurante siguió la discusión que acabó en una pelea en la calle Jaén, una vía estrecha que confluye con la Avenida de la Constitución, y terminó de forma trágica con el vehículo implicado arrollando al grupo de personas. Son integrantes de una conocida familia de etnia gitana de la Cañada Real, los Brunos, que salían en ese momento del banquete.
En la riña previa al atropello no se utilizaron armas y cuando todo parecía calmado apareció a gran velocidad el vehículo implicado con las luces apagadas, que esperó un tiempo en la calle Jaén a que finalizara la cena. El automóvil, además, se llevó por delante dos carritos de bebé que por fortuna estaban vacíos. Según ha trascendido, en su declaración policial el conductor detenido justificó su acción criminal en que trataba de protegerse de unos disparos con arma de fuego, aunque de momento la Policía Científica no ha encontrado casquillos en el lugar de los hechos. Este martes pasará a disposición judicial en Torrejón entre fuertes medidas de seguridad.
Además de los tres detenidos, dos de ellos hermanos de 16 y 17 años que ya están en libertad provisional, los agentes buscan a un cuarto individuo, de 18 años, sobrino del autor del atropello múltiple que en su momento quiso cotejar sin éxito a la novia de la boda, Sonia. Esto pudo larvar el desencuentro entre las familias. Asimismo, el hecho de que no les invitarán al banquete pese a ser allegados del novio, y la posterior pelea en el aparcamiento, pudo ser el detonante del atropello mortal múltiple.
Las detenciones se precipitaron porque una patrulla de la Policía Nacional encontró en la Avenida Castilla de San Fernando de Henares el parachoques delantero con la matrícula del vehículo. Con esos datos se averiguó el domicilio del titular y se difundió la matrícula a las patrullas de Policía Nacional y de Guardia Civil de la zona. Gracias a ello consiguieron identificar el Toyota en la urbanización El Quiñón de Seseña.
Tras advertir de la presencia policial, los cuatro pasajeros se bajaron y huyeron a pie, pero tres fueron detenidos poco después y el cuarto sí logró escapar. El vehículo tenía el frontal literalmente destrozado. De hecho, había perdido el parachoques, las carcasas de los faros y además el capó estaba doblado como un acordeón, dejando visible las entrañas del motor.
Para circular desde Torrejón hasta Seseña, unos 40 kilómetros por carretera, los implicados tuvieron que hacer dos boquetes a la luna, que estaba partida en mil pedazos. Al parecer, dentro del coche hallaron una importante cantidad de billetes, unos 3.600 euros, que se presupone que estaban destinados a la manzana donde se deposita dinero para los novios según la tradición gitana.
El trágico atropello mortal de estas cuatro personas dejó también ocho heridos, cuatro de ellos graves. Se trata de un hombre de 50 años con fractura abierta en la pierna que está ingresado en el Hospital de Coslada; otro varón de 43 años con traumatismo craneoencefálico severo y fractura en la pierna, que está en el Hospital Gregoria Marañón de Madrid y se teme por su vida; una mujer de 31 años con traumatismo craneoencefálico severo que se encuentra en el Hospital de Torrejón; y otra mujer de 30 años que fue llevada al Hospital de la Princesa afectada por una fractura de pelvis.
Otros dos heridos considerados como «potencialmente graves» fueron trasladados al Hospital de Torrejón. Un joven de 21 años con fractura de tobillo y otro varón de 50 con traumatismo craneoencefálico leve y fractura de tobillo también.
Los servicios de emergencia llegaron a activar el procedimiento de Incidente de Múltiples Víctimas (IMV) porque la primera llamada mencionó un número mucho más elevado de heridos. Por este motivo, acudieron un total de 22 dotaciones sanitarias, incluida una psicóloga que atendió varias crisis de ansiedad entre los familiares de los fallecidos y de los heridos.
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