La muerte de una mujer por un argayo en Tineo indigna e incomunica al suroccidente

Al 112 la llamada le entró a las 22.08 horas. Un vecino del lugar detallaba que había escuchado un ruido muy fuerte. Sospechaba que se había producido un desprendimiento, otro más en una zona que convive con ellos. El informante detalló que se oían voces en el lugar del suceso y temía que hubiera un coche implicado. Minutos después confirmó que las víctimas eran cinco y que una estaba atrapada en el vehículo.

Cuando llegaron los médicos, la Guardia Civil y los bomberos ratificaron lo temido. María Luscinda Mon, de 59 años, estaba en el asiento del copiloto y no sobrevivió al impacto. Tras recibir la autorización judicial procedieron a excarcelar sus restos mortales. Su marido, Alfonso Álvarez, de 62 años, tuvo que ser atendido en el mismo lugar por un equipo de Atención primaria de Tineo y evacuado en la ambulancia de soporte vital básico de la zona al Hospital Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea, con pronóstico reservado.

Dos horas y media después del desprendimiento se retiraban los sanitarios y permanecía el problema circulatorio. La vía ha quedado completamente cortada y la reparación se intuye compleja. Los operarios del servicio de Carreteras del Principado procedieron ayer a ir cerrando el tramo afectado y señalizaron los recorridos alternativos. Pasan por utilizar la vieja Nacional 635 en Salas (la nueva está afectada por la reconstrucción del puente de La Barrosa) hasta La Espina y de ahí la AS-215 por Tineo. Una solución que para un desplazamiento entre Soto de los Infantes y La Florida supone 27 minutos más de tiempo y quedar más expuestos a la nieve, al discurrir a mayor altitud. «Al final ya verás como tengo que poner una hora más», calculaba Pilar Álvarez. Es vecina de Bebares, unos tres kilómetros del argayo, y necesita hacer esos cuentas. A su marido lo han citado hoy en el Hospital de Cangas del Narcea para pasarle revisión. «Es que lo tuvieron que operar del corazón», argumenta.

La suya es una de las historias cotidianas que dependen de la AS-15, carretera que en el tramo afectado utilizan unos 2.800 vehículos al día, el 9,9% de ellos camiones. Llueve sobre mojado en una vía que el pasado año estuvo en diciembre 18 días cortada también por el desprendimiento de un talud. Ocurrió a unos diez kilómetros del que ahora preocupa a técnicos y vecinos.

Desde el Principado evitaban ayer comprometer una fecha de apertura, dada la falta de una evaluación plena de lo sucedido. Las rocas de pizarra se desgajaron a unos 200 metros de altitud, en un macizo sobre el que se asienta una torreta del tendido eléctrico. No hay camino habilitado para llegar allí y conocer la magnitud de las inestabilidades es clave antes de dar cualquier paso.

Por seguridad y dado el pronóstico de precipitaciones se calcula que hasta el martes no será posible acercarse a ese pico. Primero la idea es tener una imagen mejor del mismo utilizando para ello los dos drones de los que dispone la Consejería de Cohesión Territorial. Cuando se pueda descartar que la montaña deja de arrojar material, será el momento de que operarios especializados escalen hasta el lugar usando arnés y cuerdas.

En el caso de detectarse material aún inestable, tocará forzar su desprendimiento. Para ello una de las técnicas posibles es la voladura controlada. Solo cuando esté saneado el origen del problema, procederá reparar la malla metálica del talud y rehabilitar el firme. Para minimizar los problemas a los vecinos se procurará habilitar un carril de emergencia para el paso de ambulancias y suministros hasta que sea repuesta la calzada.