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Isabel Álvarez
Jueves, 26 de mayo 2022, 13:54
Dos trabajadores han fallecido este jueves en una explosión registrada en la planta de biodiésel de Calahorra (La Rioja), situada en el polígono de El Recuenco. La deflagración, por motivos que aún se desconocen, ha afectado a varios depósitos de aceite de la planta, matando ... a los dos empleados casi en el acto. El resto de la plantilla de la empresa (Iniciativas Bioenegéticas, S.L.), hasta un total de 22 empleados, ha podido ser evacuada sin daños.
El incendio se ha originado minutos antes de la una del mediodía, por razones que aún se desconocen. Bomberos de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento de Logroño intentaban desde el primer momento evitar que se extendieran las llamas, teniendo en cuenta que se trata además de unas instalaciones especialmente sensibles por la naturaleza de los materiales almacenados.
La mayor preocupación, según explicaban fuentes de Emergencias del Gobierno de La Rioja, es que las llamas llegaran a depósitos de metanol y otros productos altamente inflamables, que podrían producir nuevas explosiones. Cerca de las llamas hay también otros depósitos de diésel, pero su combustión, más lenta, preocupaba menos a lo servicios de emergencias en el primer momento.
De hecho, los servicios de extinción contaban con la puesta en marcha de un helicóptero para ayudar a enfriar esos depósitos y minimizar el riesgo de explosión.
«Hemos salido temblando», contaba uno de los trabajadores, que relataba el «miedo» en la plantilla ante un accidente de unas proporciones desconocidas en la zona. Cuando ya se encontraban todos en el exterior y a salvo, durante el recuento, es cuando se ha echado en falta a los dos fallecidos.
Al parecer, según ha podido saber este periódico, las dos únicas víctimas serían trabajadores externos, soldadores, de una empresa subcontratada por la compañía. Estas serían en un principio las dos únicas víctimas, sin que haya que lamentar heridos, aunque los servicios de emergencias todavía se encuentran en el lugar trabajando.
No hay evidencias de que en el humo expulsado tras la explosión haya ningún gas tóxico, pero aún así, y en previsión de posibles nuevas explosiones, los servicios de emergencia establecían ya a primera hora de la tarde un perímetro de seguridad de un kilómetro alrededor de la planta. Y es que, como explicaba gráficamente uno de los trabajadores, de explotar los depósitos de metanol «la onda expansiva podría llegar hasta la catedral»
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