Obligados al acuerdo

Debiera de imponerse la idea de que quien no pueda formar gobierno, no impida que lo pueda hacer quien sume más apoyos parlamentarios y habrá que repetir obviedades: que basta de bloqueos y vetos, de postureos, de sobreactuaciones, de repetir tópicos y de ponerse de perfil ante las dificultades. Porque es la hora de la política, del diálogo y de trabajar para llegar a difíciles y complejos acuerdos, pero acuerdos necesarios.

Seguramente la repetición electoral fue un fracaso colectivo, pero es lo que hay y no conviene dar vueltas a lo que pudo haber sido y no fue. Ahora lo que importa es valorar los intereses generales, buscar una estabilidad parlamentaria que permita legislar y aprobar presupuestos, acercándonos lo más posible a lo que sería un gran Pacto de Estado. Hoy es obligado acuerdos transversales para formar gobierno.

El PSOE ha ganado las elecciones, pero no alcanza sus expectativas y no puede gobernar sin apoyos. El PP ha tratado de recuperar el espacio de la derecha que abandonó, no sabemos si por influencias de Aznar o de algún gurú trasnochado. Ciudadanos ha pagado la imagen titubeante y acuosa de un líder que nunca supo defender sus incongruencias en la acción política. Quien blanqueó el discurso franquista, lo ha rentabilizado electoralmente aunque sea inútil para la gobernabilidad. Podemos, cuyo mayor mérito político ha sido bloquear una y otra vez que hubiera un gobierno del PSOE, sigue en la pendiente de su irrelevancia. Y los parlamentarios de obediencia nacionalista, con buenos resultados, debieran elevar la mirada y pensar que el mundo existe más allá de su territorio. ¿Podemos contar hoy con estadistas para superar el actual bloqueo institucional?