Pedro Sánchez inaugura el Congreso del PSOE de Castilla y León que aupará al liderazgo a Carlos Martínez

«La historia juzgó de manera muy dura a los colaboracionistas del siglo XX y lo va a volver a hacer ahora», advirtió el presidente del Gobierno –que mañana acudirá a Kiev para mostrar su apoyo a Volodímir Zelenski– antes de hacer hincapié en que «ser europeísta y socialista es estar en el lado correcto de la historia». Unas palabras que no pasaron desapercibidas entre los populares, quienes poco después de finalizar Sánchez su discurso en Palencia arremetían contra él y le recordaban que el único con legitimidad para manifestarse abiertamente en contra del presidente ruso es el propio PP.

«Sánchez gobierna con quien tiene en Rusia un modelo idílico a importar, sustenta su Gobierno en el apoyo de partidos que han sido mirados con lupa por sus vínculos con el régimen de Putin, y compra gas a Rusia, que convierte el dinero de los pagos del Gobierno en armamento con el que seguir la ofensiva contra el pueblo ucraniano», aseguraban fuentes del principal partido de la oposición, quienes tildan de «estrambótico» el hecho de que el secretario general del PSOE comparase a Feijóo con los colaboracionistas nazis.

El congreso de los socialistas de Castilla y León pone fin a la etapa de Luis Tudanca al frente del partido en la región. El dirigente socialista se enfrentó a Ferraz y acabó por no presentarse a la reelección después de que la dirección nacional le anulase el proceso de primarias que pretendía convocar de manera exprés antes del Congreso nacional de Sevilla. No obstante, el ya exlíder regional, que intervino ayer y lamentó no haber gobernado pese a haber ganado las elecciones, mandó un mensaje de ánimo a Martínez al augurar que el cambio en la región llegará con él.

Sánchez se desplazará hoy a Granada para clausurar otro Congreso, en este caso, el de los socialistas andaluces, de donde María Jesús Montero, vicepresidenta primera y titular de Hacienda, saldrá encumbrada líder autonómica. José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Ejecutivo, fue uno de los que participó ayer en esa cita y tampoco desaprovechó la oportunidad para mandar un recado a Feijóo, a quien pidió abandonar lo que calificó como «patriotismo barato de hojalata» y demostrar su «europeísmo» posicionándose en defensa de Ucrania ante el «problema muy serio» que tiene por sus pactos con Vox.