Podemos tira de principios y del paso por el Gobierno para reactivarse en las urnas

Las mesas redondas que organizaron este sábado tocaban temas candentes para la formación que dirige Ione Belarra –la gran ausente en la cita por su reciente maternidad–. Hablaron de feminismo, fiscalidad, ley trans, república o bienestar animal. Pero en este ecléctico conjunto los receptores de sus mensajes no fueron solo Alberto Núñez Feijóo o Pedro Sánchez, sino otras formaciones de izquierda, especialmente el «proyecto de país» que aspira a configurar Díaz.

La líder gallega sigue insistiendo en mostrar recelos por la jerarquía clásica de las organizaciones políticas y por la «desafección» que sus pugnas internas, afirma, provoca a los ciudanos, a los que otorga todo el protagonismo de su plataforma. Como respuesta, la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, rechazó esta máxima defendiendo la «importancia» de estas organización y de su militancia como elementos «clave» para alcanzar el poder y poder configurar así no solo un ideal a largo plazo, sino «las cosas de comer».

Verstrynge lanzó este mensaje en una de las mesas redondas, advirtiendo de que, pese a ese mensaje de que la implicación política puede canalizarse de otra forma ajena a los partidos «no se termina de concretar cuál». Además, vaticinó que «en los próximos meses lo vamos a escuchar mucho» y terminó por compararlo con la clásica frase que se atribuye al dictador Francisco Franco: «Haz como yo, no te metas en política».

El debate estuvo presente en otras mesas, también en la dedicada a lo que Podemos denomina 'lawfare', es decir, al uso del poder judicial para influir en política. La coportavoz de los morados, Isa Serra, condenada por un delito de atentado y lesiones durante las protestas por un deshaucio en 2014, defendió que, frente a otras formaciones de izquierda, los morados han cimentado su fortaleza «en no aceptar vetos, en disputar el poder. De hecho esto lo ha entendido mejor la derecha que mucha parte de la izquierda».

Por ello, la dirección del partido cree que es el momento de recuperar el espíritu combativo, también en la calle, que les inspiró tras el 15-M, aunque esta vez con la sabiduría que dan casi tres años formado parte del primer gobierno de coalición. Verstrynge explicó que aquel era un momento «caliente» con «grandes olas en política» y que derivó en la creación de Podemos, las 'mareas' municipales y sociales y el surgimiento de diversas plataformas. Ahora, reconoció, la política vive un episodio «frío» en el que toca gestionar una «desafección» de la ciudadanía, que ha perdido la «conexión» con la política frente a ese énfasis por participar en la vida pública.

La jornada culminó con la mesa dedicada al 'lawfare', en la que participaron, además de Serra, el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, y la delegada del Gobierno para violencia de Género, la juez Victoria Rosell, que había sido la candidata favorita de los morados en las infructuosas negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Allí hablo sobre el supuesto veto del PP a su candidatura: «Me hacía mucha gracia cuando decían que lo mío no era una cuestión de nombres, porque yo decía: 'Si no hay más nombres sobre la mesa, tendréis poca vergüenza».

El exvicepresidente del Gobierno defendió a Podemos frente a «la izquierda domesticada» que, entiende, «prefieren las oligarquías.Iglesias sostiene que el objetivo que se persigue es «matar a Podemos». «Llevan diciendo desde 2014 es que necesitamos otra izquierda, que en España hay sitio para otra izquierda pero no la de Podemos», zanjó.

Lo cierto es que la 'Uni de otoño' acabó sin una foto de unidad en la izquierda. Sin rastro en las mesas de trabajo de figuras de Izquierda Unida como Alberto Garzón o Enrique Santiago, que paralelamente celebraban la tradicional fiesta del PCE, ni tampoco de Yolanda Díaz.