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Efectivos de la Policía Nacional está desplegados desde el pasado jueves en la localidad toledana de Carranque para inspeccionar la zona donde el Rey del ... Cachopo asegura que un tío suyo enterró los restos de Heidy Paz Bulnes, la joven hondureña a la que asesinó César Román, según ya ha reconocido el cocinero, quien en las últimas semanas ha enviado a la Audiencia Provincial de Madrid un croquis con la supuesta localización de la parte del cadáver que todavía no se ha encontrado.
Según explican fuentes del caso, los funcionarios, por el momento, no han comenzado a remover tierras, pues todavía están reconociendo la zona para planificar las actuaciones posteriores, ya que el croquis elaborado por el asesino confeso (que acompaña esta información) es «muy impreciso», según lamentan los operativos. Las prospecciones se están centrando en las cercanías del río Guadarrama a su paso por el parque arqueológico de la villa Romana de Carranque, a unos cinco kilómetros al norte de este municipio manchego.
La Policía sólo pudo recuperar el torso de Heidy dentro de una maleta en la nave de Usera, al sur de Madrid, propiedad de Román en la que supuestamente fue asesinada. A los restos se le había amputado las prótesis mamarias para dificultar reconocieran el cadáver a través de los números de serie de los implantes.
En su carta, de tres páginas, dirigida a Araceli Perdices, presidenta de la Sección 26 que le condenó a quince años de cárcel por el asesinato de Heidy en agosto de 2018, el Rey del Cachopo acusó a un tío materno suyo, Luis Miguel Viruete, con estudios de medicina forense y que ya ha fallecido, de desmembrar el cuerpo y de haberle ayudado a ocultar la mayor parte del cadáver.
En su misiva firmada el pasado 10 de febrero, Román explicaba que disparó de forma accidental en la cabeza a su novia durante un forcejeo tras una discusión. Recuperar por tanto el cráneo de la mujer es clave para los agentes porque esos restos podrían arrojar luz sobre cómo fue realmente asesinada, algo que no se ha podido probar en sentencia.
El asesino afirmaba en su carta que, tras el disparo, entró en una «situación de pánico y desesperación» y contactó con su pariente para que confirmara la muerte. Luego, «tomamos la tremendamente equivocada y errónea decisión de ocultar lo sucedido, deshaciéndonos del arma y el cadáver, conviniendo que sería Miguel quien lo hiciera, mientras yo simulaba una vida lo más normal posible», relata el Rey del Cachopo.
Román insistió en que nunca acordó con su tío «desmembrar el cadáver», un hecho que «tanto dolor añadido ha producido» y que «lamento profundamente». «Entiendo que tomó esta descabellada decisión para trasladar más fácilmente los restos mortales», apuntaba en su carta.
Siempre de acuerdo con la versión del asesino ya confeso, él y su tío también acordaron llevar el cuerpo a Carranque, donde nació Miguel, y que era una zona que ambos conocían muy bien y en la que César Román había pasado parte de su infancia. «El paraje es conocido popularmente como Las Cárcavas, cerca del parque arqueológico, antes de cruzar el puente sobre el río Guadarrama, en una zona formada por montañitas situadas a unos 500 metros del parking, frente al merendero, a la izquierda del puente, la fuente y el arroyo seco», detallaba en su carta. Sin embargo, señalaba que no conoce el lugar exacto porque fue su tío el que hizo el enterramiento y él no le acompañó.
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