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Familiares de la pequeña Erika, desolados, esperaban a la puerta de la vivienda la finalización de las pesquisas policiales sobre el asesinato. José Vallina
La Policía vigila en la UCI al presunto asesino, que se asestó veinte puñaladas

La Policía vigila en la UCI al presunto asesino, que se asestó veinte puñaladas

El presunto agresor, un «desequilibrado» que «acosaba a la menor», fue intervenido quirúrgicamente poco después del crimen

A. A. | S. N.

Oviedo

Miércoles, 6 de abril 2022, 10:20

Poco tiempo después de que las primeras patrullas de la Policía Nacional y las unidades de Emergencias llegasen ayer a la calle Vázquez de Mella, en Vallobín, accediesen al interior de la vivienda y hallasen la brutal escena del crimen de la joven Erika Yunga, de 14 años, una UVI móvil entraba rápidamente en el aparcamiento para ambulancias de las Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), escoltada por un vehículo zeta de la Jefatura Superior de Policía de Asturias. En su interior, el presunto agresor, herido muy grave después de que, según fuentes de la investigación, se autolesionase asestándose hasta una veintena de puñaladas en distintas zonas del cuerpo después de cometer el crimen.

Al supuesto asesino, de origen moldavo, algunas fuentes del caso lo califican como un hombre seriamente «desequilibrado» que «acosaba a la menor» de manera constante porque «estaba obsesionado con ella» y que «tenía fijación» con la joven Erika Yunga.

El asesinato fue brutal. Las mismas fuentes sostuvieron que «hubo ensañamiento» y que la escena que se encontraron los efectivos cuando lograron acceder a la vivienda era «atroz».

No obstante, y dadas las graves heridas que este presentaba a la llegada del amplio operativo, ni siquiera pudieron llegar a tomarle declaración. Apenas se pudo cumplir con el protocolo de leerle sus derechos, tal y como destacaron después desde la Jefatura a través de un comunicado de prensa, y efectuar la detención. Eso sí, fue trasladado inmediatamente a Urgencias donde, tras ser intervenido quirúrgicamente al presentar graves «lesiones internas» que requerían de una operación inmediata, al final de la tarde acabó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de La Cadellada. Allí estuvo custodiado en todo momento por varios agentes de la Policía Nacional, que no abandonaron la zona.

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