Una rebelión contra el radicalismo

La corriente afín al secretario político, bautizada para este proceso como Recuperar la ilusión, ya estuvo cerca de dar la campanada en las primarias por el control de la Comunidad de Madrid, donde solo la alianza de los oficialistas y los anticapitalistas evitó, y por poco, que Rita Maestre se hiciera con la secretaría general. Además de la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Errejón cuenta en sus filas con una quincena de diputados. Entre ellos, Tania Sánchez, Juan Pedro Yllanes, Alberto Montero, Eduardo Maura o Sergio Pascual. En el plano interno el secretario político también cuenta con una importante representación. De los 68 miembros del Consejo Ciudadano estatal, 24 forman parte del proyecto errejonista. En cuanto a la ejecutiva, además del propio Errejón, figuran Auxiliadora Honorato, Ángela Ballester, Pablo Bustinduy y la eurodiputada Tania González.

Todo este poder interno ha permitido al número dos de Podemos desafiar a un Pablo Iglesias que hasta ahora ha ganado por goleada cada una de las propuestas que ha sometido a la militancia. A priori, no parece suficiente para imponerse a una alianza entre oficialistas y anticapitalistas, pero sí para forzar un acuerdo de mínimos y que las tesis errejonistas estén contempladas en el proyecto de partido que se pondrá en práctica tras Vistalegre II.

Según repite Errejón, las posiciones que defiende son las mismas que en apenas dos años han logrado convertir a Podemos en la tercera fuerza política. Esto es, la transversalidad y la moderación para atraer a desencantados de cualquier ideología. Una posición que choca con el giro a la izquierda de Iglesias, con la radicalidad de los anticapitalistas y con la posibilidad de avanzar en la integración con IU.