![El PP busca reafirmar su alternativa frente al PSOE y sin un Vox crecido por los sondeos](https://s2.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2025/02/16/feijoo-bandera-espana-kO7G-U230871125286uuE-1200x840@RC.jpg)
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Hace ahora tres años los resultados electorales en Castilla y León abrieron la veda para que el PP se sentara a negociar con Vox pactos ... de Gobierno desde que la formación que lidera Santiago Abascal pisara moqueta y ocupara escaños en 2018. El acuerdo con Alfonso Fernández Mañueco, que se cerró con Pablo Casado con un pie fuera de la política y con el control del partido conservador en manos ya de Alberto Núñez Feijóo, fijó las bases para las futuras coaliciones autonómicas que se materializaron tras los comicios de 2023. Hasta en cinco comunidades -Aragón, Murcia, Comunidad Valenciana, Baleares, y Extremadura- los populares necesitaron el respaldo de la formación ultraderechista para poder formar gobierno.
Desde entonces la relación entre ambos partidos, competidores directos en las urnas, ha sido de idas y venidas alcanzando su punto más crítico en julio del año pasado cuando Vox fulminó sus acuerdos autonómicos y ordenó la salida inmediata de sus cargos para emprender su cruzada contra la inmigración ilegal que tan buenos resultados les ha dado a sus socios de la ultraderecha en Francia, Italia o Hungría. El PP aprovechó la situación para marcar distancias con los de Abascal, buscando su perfil más centrista y competir con el PSOE. «El problema de Feijóo no es Abascal sino Pedro Sánchez. El de Abascal solo es Feijóo», insisten en el entorno del líder del PP.
En estos siete meses, la estrategia general de los populares se ha centrado en ignorar a Vox y evitar el cuerpo a cuerpo. En la cúpula nacional defienden que perder energía en pugnar con quien tienen a su derecha es un error, que penaliza electoralmente, por lo que concentran sus esfuerzos en debilitar a la izquierda para arañar voto por el centro. También porque, quieran o no, a tenor de todas las encuestas, Feijóo seguirá necesitando el apoyo de Abascal para llegar a la Moncloa cuando vuelvan a abrirse las urnas. «Vox está obsesionado con hacerle la oposición al PP, pero nosotros somos oposición a Sánchez», insistía el lunes el portavoz, nacional Borja Sémper.
La intención de los conservadores es no concederles más protagonismo, aunque Abascal hace lo posible por ganarlo. Instalado en la confrontación permanente con el PP, el líder de Vox ha aprovechado en las últimas semanas el giro del decreto de las pensiones para disparar contra Feijóo por su supuesta tibieza, además de denunciar un pacto de los populares con el PSOE y Sumar para repartirse los vocales de la Junta Electoral Central y dejarlos fuera. Una información desmentida por Génova y por la que el político gallego salió al contraataque acusando a los voxistas de ejercer una «oposición de tumbona y dedito levantado».
Órdago presupuestario
Pero Abascal no baja el diapasón. Crecido por las encuestas, que sitúan a su partido en torno al 14% del voto, el dirigente vasco amenaza con tumbar todos los presupuestos de los gobiernos autonómicos del PP. A la conocida exigencia de renunciar a la acogida de más inmigrantes, sumó el pasado fin de semana la petición de «romper con el PSOE en Bruselas de forma explícita».
En la dirección de Vox explican que los presidentes populares que aspiren a contar con sus votos para tener unas nuevas Cuentas públicas deberán hacer una «declaración expresa» de que no aplicarán las políticas del pacto verde europeo, aunque eso implique enfrentarse a sanciones de Bruselas o a comprometer la postura de Feijóo, en Europa.
En el partido de extrema derecha ven posible llegar a un acuerdo en la Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón e incluso en Baleares donde la interlocución está abierta aunque avisan de antemano que no cederán ni un milímetro en sus exigencias. Ni siquiera en el caso de Valencia donde Carlos Mazón necesita cuanto antes unos Presupuestos actualizados para poder avanzar en la reconstrucción de la región tras el devastador paso de la dana.
En Génova, sin embargo, desdeñan el órdago y, a pesar de defender que las Cuentas no son determinantes para la continuidad de sus gobiernos autonómicos, avisan a Abascal de que «no hay un solo votante de Vox que esté de acuerdo en que se haga oposición al PP y no a Sánchez».
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Ana del Castillo
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