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El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha reivindicado este viernes la proclamación de la independencia aprobada hace seis años por el Parlamento catalán. Días después de la celebración del referéndum ilegal del 1-O y a pesar de que Puigdemont dio marcha atrás en ... un principio, al final la Cámara catalana validó la DUI, con los votos de Junts pel Sí (Convergència y ERC) y la CUP. Acto seguido, Mariano Rajoy aplicó el artículo 155, cesó a todo el Govern y por primera vez la autonomía catalana quedó intervenida.
Fue una declaración de independencia a medias, en tanto en cuanto nadie dio la orden de arriar la banadera española del Palau de la Generalitat ni del Parlament y el texto no salió nunca publicado en el diario oficial del hemiciclo catalán. Tras declarar la independencia, Puigdemont no hizo ningún movimiento para hacer efectiva la secesión. Acató el 155 y a los dos días marchó a Bruselas, donde permanece desde entonces. Le acompañaron algunos consejeros. Pero la mayoría afrontó las responsabilidades judiciales. Fueron condenados a penas de 9 a 13 años de prisión. Posteriormente fueron indultados.
El panorama político ha dado un vuelco desde las elecciones generales. Junts se ha convertido en un actor clave para la investidura. Puigdemont estaba aislado en Waterloo, sin responsabilidades orgánicas en el partido, y de un día para otra ha vuelto a la centralidad. Tiene la llave de la gobernabilidad española. Negocia una amnistía que le permita el regreso. Aunque los socialistas han trasladado que los independentistas deberían renunciar a la vía unilateral, el expresidente de la Generalitat ha reiterado que no lo va a hacer. «Ni hemos renunciado ni renunciaremos», ha advertido a Pedro Sánchez. «No renunciamos a hacer efectiva la DUI», ha afirmado por su parte Jordi Turull en Twitter. «El Parlamento es el representante legítimo del pueblo de Cataluña. Todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación. Es a partir de esa legitimación y de los resultados del referéndum del 1 de octubre que hoy hace seis años, el Parlament proclamó la independencia», ha reivindicado Puigdemont en las redes sociales. «Mantenemos viva» la DUI, ha avisado, «para cuando el independentismo en su conjunto sepa reunirse en una única estrategia, superando tentaciones partidistas». El Gobierno plantea la amnistía como un punto final. Puigdemont, en cambio, se niega a pasar página y ya advierte de que será un punto y seguido.
El dirigente de Junts ha aprovechado la efeméride para cargar contra ERC, su socio entonces, hace seis años, y su adversario en estos momentos. ERC y Junts no han sido capaces de fijar una estrategia unitaria en la negociación con Sánchez. La competencia entre ambos pone en peligro la investidura. Esta pugna es un capítulo más de la batalla que libran las dos formaciones desde octubre de 2017 por la hegemonía del soberanismo.
Según Puigdemont, ha tenido que preservar la DUI de la «pulsión amnésica o devaluadora de algunos», en referencia a ERC. «Ni hemos renunciado ni renunciaremos, por más dificultades que haya y por más esfuerzos que hagan algunos por desdecirse», ha dicho, en alusión también a los republicanos. «Debemos procurar que todo lo que hacemos no comporte renuncias ni deconstruya lo que empezamos a construir hace seis años, a pesar de que a algunos les parezca poco y a otros les parezca demasiado», ha rematado. La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, que fue quien leyó la DUI, ha tenido un recuerdo más tibio que los dirigentes de Junts. «Hoy hace 6 años que el Parlament votó y aprobó una resolución sobre la independencia. Siempre en la memoria», ha tuiteado.
El caso es que el independentismo ha dado un giro de 180 grados en seis años. Ha pasado de proclamar la república catalana a ser clave en la investidura española y a estar dispuesto a jugar sus cartas en la gobernabilidad. ERC ya había dado este giro hace cuatro años, pero ahora se ha unido Junts. Hace seis años, Puigdemont y Junqueras debatían sobre si tenían que seguir adelante con la DUI o apostaban por convocar elecciones, como les pedía el Gobierno para evitar la choque de trenes. Hoy, el debate es si apoyan o no a Pedro Sánchez y si evitan la repetición de elecciones generales. Tanto Puigdemont como Junqueras siguen en la primera línea, seis años después. En 2017, eran el presidente de la Generalitat y el vicepresidente del Goverm, respectivamente. En 2023, son los líderes de sus partidos (aunque el expresident no tiene cargo formal). Días atrás, Sáncchez telefoneó al presidente de ERC y Puigdemont, que ya recibió en Bruselas a la vicepresidenta Yolanda Díaz, espera la visita de algún dirigente socialista.
El 27-O ya no se conmemora como el 1-O en el secesionismo. Apenas hay actos de recuerdo y solo los más radicales han organizado una manifestación. Es a las ocho de la tarde, frente al Parlament. La entidad Independencia o dimisión, próxima a la ANC, ha convocado una marcha de antorchas desde la Cámara catalana hasta la plaza Sant Jaume, frente al Palau de la Generalitat, «para defender el mandato del 1-O y la DUI.
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