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Ander Azpiroz
Viernes, 18 de agosto 2023, 11:27
Felipe VI descarta dilatar en el tiempo la incertidumbre política, al menos en la responsabilidad que a la Jefatura del Estado compete. El Rey fijó ayer para los próximos lunes y martes las rondas de consulta con los portavoces políticos del Congreso para a designar ... a un candidato a la investidura, una decisión de la que informó la Casa Real solo minutos después de la reunión del jefe del Estado con los nuevos presidentes del Congreso -la socialista Francina Armengol- y del Senado -el popular Pedro Rollán-.
El jefe del Estado hace uso de una de las pocas prerrogativas que le otorga la Constitución a nivel político. «El Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno», establece el artículo 99 de la Carta Magna. Felipe VI puede así fijar el calendario de las rondas de consulta para después designar al candidato que considere con mayores oportunidades de alcanzar la Moncloa. Incluso podría no nominar a ninguno, un caso que ya se dio en 2016 cuando Mariano Rajoy rehusó el encargo al declararse incapaz de alcanzar la mayoría necesaria.
Felipe VI escuchará a partir del lunes a los portavoces parlamentarios y después transmitirá a la presidenta del Congreso quién debe presentarse a la investidura. El gran dilema para el monarca tras el 23-J radica en que ni Alberto Núñez Feijóo ni Pedro Sánchez cuentan a día de hoy con los votos suficientes en la Cámara baja para ser investidos como jefe del Ejecutivo.
El primer portavoz en acudir a Zarzuela el lunes será Alberto Catalán, el único representante de Unión del Pueblo Navarro en la Cámara baja. El último será Alberto Núñez Feijóo, quien cerrará la ronda de contactos por delante del presidente en funciones Pedro Sánchez en su calidad de ganador de las elecciones generales.
ERC, Junts, Bildu y BNG ya han anunciado el plantón al jefe del Estado, a pesar de que su posición resultaría decisiva para que Felipe VI opte por Feijóo o Sánchez como aspirantes a la investidura. Junts sí acudió a la ronda de consultas en 2019 pero descarta ahora volver a hacerlo en medio de un clima de permanente competencia dentro del independentismo con Esquerra. El PNV sí ha anticipado que acudirá a Zarzuela.
El líder del PP se mantiene firme en su intención de proponerse a la investidura por ser el candidato más votado y por mucho que no cuente con una mayoría suficiente, tal y como se mostró el jueves en la elección de la Mesa del Congreso, en la que PSOE, Sumar y las fuerzas nacionalistas e independentistas juntaron sus votos para elevar a Armengol a presidenta de la Cámara baja.
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De no salir adelante la candidatura del líder del PP, comenzará a correr el tiempo para que en un plazo de dos meses se convoquen unas nuevas generales en caso de que un nuevo candidato no recabe la confianza de la mayoría del Congreso.
Los principales partidos políticos tienen perfiladas sus estrategias de antemano desde hace semanas al margen de la decisión que pueda adoptar Felipe VI a partir del martes. Desde el PP se apuesta por una convocatoria de investidura inmediata y con Feijóo como aspirante a la Moncloa al haber sido el más votado. Desde el PSOE, al contrario, se confía en dilatar el proceso y ganar tiempo para cerrar una negociación en favor de Sánchez en la que se debe seducir nada menos que a Sumar, Esquerra, Junts, Bildu, PNV y BNG. Son un conjunto de apoyos que ni mucho menos tienen atados los socialistas por mucho de que a las primeras de cambio hayan apoyado a Armengol como presidenta del Congreso.
El calendario electoral que se abre no es baladí. Si las pasadas generales se celebraron en pleno mes de julio vacacional y bajo temperaturas de calor extremo, las siguientes, en caso de repetición electoral y según los plazos establecidos en la Constitución, podrían llegar a celebrarse en plena celebración navideña y con los termómetros bajo cero, lo que supondría un factor extra para la abstención.
La de ayer fue otra foto más de Felipe VI junto a Francina Armengol, aunque sí tuvo una connotación peculiar. El Rey y la nueva presidenta del Congreso han coincidido en actos institucionales durante los últimos ocho años en los que la dirigente socialista ejerció como presidenta de Baleares, lugar de vacaciones de la Familia Real. La sintonía personal con Felipe VI no quita que Armengol, desde el jueves la tercera autoridad de Estado, haya defendido en el pasado un referéndum para decidir entre monarquía o república. La nueva presidenta del Congreso ha criticado abiertamente un sistema de jefatura del Estado cuya sucesión depende de «linaje y sexo»
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