Torra insiste en celebrar un nuevo referéndum para acabar la legislatura

Tras el choque entre los primeros espadas, la división independentista regresó este miércoles al pleno de la Cámara catalana, donde posconvergentes y republicanos volvieron a evidenciar que tienen estrategias diametralmente opuestas. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, puso sobre la mesa, y ya es la tercera vez que lo hace, la propuesta de celebrar un nuevo referéndum unilateral, como el del 1-O de 2017, declarado ilegal, pues a su juicio es el único objetivo capaz de unir a todos los actores del secesionismo.

El presidente catalán sorprendió el pasado octubre, tras la condena del Tribunal Supremo contra los líderes del 'procés', cuando propuso un nuevo referéndum como respuesta al fallo judicial y lo planteó como colofón a la legislatura. La idea no la había consensuado con su partido ni con sus socios ni con el resto de su Gobierno. Se quedó solo. Meses después, ha recuperado la idea. La defendió hace un mes y la volvió a proponer ayer como hoja de ruta para recuperar la unidad en el independentismo. Como las veces anteriores, ninguna de las fuerzas secesionistas recogió el guante.

El portavoz de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, le había pedido, durante la sesión de control al Govern en la Cámara catalana, acabar con los reproches y reconstruir la unidad para prepararse para un nuevo embate contra el Estado. El president se defendió jugando al ataque, pues una vez más, ERC le había instado a sentarse a hablar y negociar una «estrategia compartida», que es lo mismo que pedirle pactar la fecha de las autonómicas.

Pero el presidente de la Generalitat ya hace tiempo que asegura que tiene la fecha decidida y que si no la ha anunciado es porque la pandemia se ha vuelto a complicar en Cataluña. Torra, que ya hace meses que ha dado por agotada la legislatura, dijo que comunicaría la fecha cuando viera que la crisis sanitaria y la económica empiezan a estar «encarriladas». Con el acuerdo europeo para el reparto de fondos, se empieza a vislumbrar un horizonte de reconstrucción. Para que Torra llame a las urnas falta que remita el rebrote, sobre todo en Barcelona, y también que JxCat concluya su proceso fundacional.

Mientras tanto, el nuevo partido de Puigdemont nacerá este sábado y solo quedará por ver cómo acaba la ruptura con el PDeCAT. A partir del domingo, Torra tendrá un motivo menos para seguir escondiendo la fecha de las elecciones.

JxCat ha elevado el tono. Lo hace Torra, lo que le sirve como cortina de humo frente a las críticas por la gestión de la pandemia, y también Carles Puigdemont, que habla ya de «preparar a la ciudadanía para tomar el control del territorio», tras una declaración de independencia, y obliga a ERC a no quedarse atrás.

A su vez, Junqueras exhibió en TV3 una vehemencia poco habitual, tacos incluidos, para negar que esté preparando un tripartito con el PSC y los comunes. Pere Aragonès calificó a los Borbones de «organización criminal». Los republicanos ya empiezan a ver que podrían perder la bandera del diálogo con la que querían presentarse en las elecciones como la opción moderada del independentismo.

Con todo ese contexto, la mesa de diálogo con el Gobierno se antoja muy complicado que se reúna en julio, como pedía ERC, quien puede encontrarse en medio de la campaña con la negociación de los Presupuestos del Estado.