El parque solar de Cabezón, el más grande de Cantabria, salva otra barrera burocrática

De acuerdo con la información en manos de la Dirección General, la futura planta fotovoltaica que se instalará en Cabezón de la Sal –y que todavía tiene que salvar otros obstáculos administrativos antes de poder ver la luz del sol– ocupará una superficie aproximada de unos 25.000 metros cuadrados en los que se van a instalar hasta 3.185 paneles solares con los que se pretende obtener un balance energético de alrededor de 2 millones de kilowatios por hora al año.

La energía eléctrica renovable producida por el campo solar, que tendrá una potencia nominal de 1.545 kilowatios, será exportada íntegra a la red de la compañía distribuidora de la zona, tal y como anuncia el proyecto, que ha sido redactado por la empresa cántabra Ineyka Ingeniería y cuya ejecución le va a suponer a la promotora burgalesa un desembolso de 822.755 euros, lo que significa casi un 30% más de la cifra facilitada por la empresa hace un año (564.583), cuando Martínez Zamorano S.L. solicitó al Gobierno de Cantabria la autorización para levantar este campo fotovoltaico.

Un parque cuya infraestructura (que incluye la colocación de más de tres mil paneles solares) va a generar un evidente impacto en el paisaje de toda la zona que, sin embargo, no parece afectar excesivamente ni a los vecinos ni a las autoridades locales, que, por el momento, y que se sepa, no han levantado la voz en uno u otro sentido.

Cuando entre en funcionamiento, el parque solar de Las Navas pasará a convertirse directamente en el más grande de Cantabria, donde la actividad fotovoltaica ha experimentado un considerable incremento a lo largo de los últimos años.

Según los datos facilitados por la propia Consejería de Industria, en la región hay actualmente registradas cerca de 3.000 instalaciones de autoconsumo eléctrico de origen renovable con una potencia total instalada en torno a los 60MW, cifra que multiplica por tres la de 2022 (933) y por diez la de 2021 (300). La inmensa mayoría corresponden a particulares –lo que da una muestra de que el autoconsumo está calando en la población cántabra, que encara de esta manera el alto coste energético– y solamente una minoría pertenecen a empresas especializadas.

Una de ellas, Pelayo e Hijos, está ya a punto de obtener la autorización necesaria para emprender las obras de construcción de una instalación de producción de energía fotovoltaica en la localidad de Ajo, en Bareyo, parque que se llamará 'Vioña' y que se levantará con un presupuesto de 446.080 euros.

En su caso, el campo fotovoltaico ocuparía una superficie de unos 25.000 metros cuadrados –divididos en dos parcelas del barrio Vioña, en Bareyo– y tendría una potencia nominal de 1.000 kilowatios, esto es, un tercio inferior a la que desarrollará la de Las Navas cuando entre en funcionamiento.