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Las energías renovables y la domótica llaman a la puerta de las casas, listas para dar el paso hacia el respeto al medioambiente y la autosuficiencia. Pero... ¿cómo enseñar de forma práctica dichas instalaciones a los nuevos profesionales que se están formando? En el Ciclo Formativo de Electricidad y Electrónica del Instituto Ricardo Bernardo de Medio Cudeyo tienen clara la respuesta, y es a través de la colocación de placas solares y los sistemas más vanguardistas al pequeño ecomódulo construido en el recreo del centro hace un par de cursos por los compañeros del Ciclo Formativo de Madera, Corcho y Mueble.
Si son cinéfilos, puede que no les resulte extraño la idea de que las casas sean construidas en madera, al más puro estilo americano. «Ellos lo hacen así desde hace tiempo, principalmente por los terremotos, porque es mucho más barato de volver a levantar una vivienda en caso de destrucción», explica Javier Botanz, uno de los profesores de carpintería del Ricardo Bernardo. Y ese es el futuro, también aquí en España. Por lo menos así lo atisba, sin asomo de dudas, el docente, que señala que «en el centro cada vez nos demandan más empresas profesionales para construir casas y estructuras en madera, va a ser un boom». De hecho, el profesor incide en que, en los últimos cursos, arquitectos se han matriculado al Ciclo para aprender al respecto dado el auge en este campo.
Para la formación de los alumnos del Ciclo de Madera, como parte de un proyecto de innovación con apoyo de la Consejería de Educación, en el curso 2018-2019 se finalizó la construcción de un ecomódulo apilable y transportable. «Sigue la tendencia iniciada con construcciones a partir de contenedores de barcos, solo que de madera», explica Botanz. El del Ricardo Bernardo está construido a partir de CLT, contralaminado técnico, un material con el que se llegan a formar estructuras de «hasta 12 pisos», dice el profesor. Por su parte, un compañero de su departamento, José Luis Jimeno, apostilla que en el Ciclo Formativo actualmente «enseñamos tanto a fabricar el mobiliario como la vivienda, los alumnos han hecho maquetas de edificaciones unifamiliares de hasta 240 metros cuadrados».
No obstante, con el levantamiento de este cubo de madera en una zona ajardinada del Ricardo Bernardo no ha concluido, ni de lejos, el proyecto. Ya desde un inicio se planteó como un ecomódulo en todos los sentidos, y la siguiente fase es dotarlo de autoabastecimiento. ¿Cómo? Con la colocación de placas solares que se está acometiendo en las últimas semanas. En la instalación participan los alumnos del centro del Ciclo de Electricidad. «Es una oportunidad poder trabajar en ello de forma tan real, calculando las baterías y viendo la instalación», explica uno de los estudiantes, Mario Ruiz, mientras uno de sus compañeros, Jerome Crespo, hace hincapié en las posibilidades que les aporta profesionalmente. «Como dice Revilla, el que no piensa en la energía renovable no piensa en el futuro», opina.
Asimismo, en la colocación de los paneles participa una empresa colaboradora con el proyecto, ITS Cantabria, de Hoznayo, propiedad de un exalumno de Electricidad del Ricardo Bernardo, David Cagigal. Él explica que «más pronto que tarde», las casas serán autosuficientes energéticamente. Él mismo ya lo ha hecho con su vivienda, con la colocación de 40 placas que generan 15 kilovatios, «de sobra» para lo que consume su hogar. En la caseta del Ricardo bernardo se han dispuesto seis placas que generarán sobre los 2.400 vatios.
¿Y a dónde irá esa energía solar? No saldrá del propio ecomódulo, al que se dotará de teconología domótica. Tal y como explica Alberto Gónzalez, profesor de Electricidad y jefe de proyecto, se instalará calefacción y alumbrado que se podrá controlar a distancia con un dispositivo móvil. Una idea que, al igual que las casas de madera, todavía puede sonarnos muy a sueño americano, pero que ya está aquí, por lo menos en el instituto de Valdecilla.
El ecomódulo se convierte así en un catalizador para diversas enseñanzas en el centro, y no sólo para cumplir con el paradigma americano. Además, será un activo para convertirse en espacio de convivencia para los alumnos dentro de un programa de mediación, que lleva años en marcha; y desde orientación recurrirán a él como lugar de acompañamiento y, entre otros objetivos, tratar con los alumnos con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDH).
Mientras que para los alumnos de Formación Profesional (FP) es una oportunidad real de poner en práctica lo aprendido en clase y estar a la vanguardia de las últimas tecnologías y técnicas. La demanda de profesionales tanto de electricistas como carpinteros es muy «alta», según explica el director de instituto, Ángel Ríos, que incide en que, de hecho, muchas veces los alumnos terminan su formación con empleo porque es «relativamente frecuente» que las empresas acudan al centro para busca de trabajadores.
Aunque en Electricidad también hay mucha inserción, es en el Ciclo de Madera donde más se nota, porque «somos el único centro que imparte dicha competencia completa», con la formación básica, media y superior. A la par, en ambos ciclos se está implementando la FP dual, con la que se obtiene una formación más integrada con la empresa.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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