Un abogado humano, comprometido y apasionado del teatro

Nacido en Villanueva de los Infantes (Valladolid), Alfonso se educó en San Sebastián, a donde la familia se trasladó siendo niño aunque años más tarde volvería a su ciudad natal para estudiar Derecho. Su primer trabajo le llevó de nuevo a San Sebastián y poco después, en 1967, fue nombrado delegado provincial del Sindicato Vertical en Santander, cargo que ocupó hasta 1972. A partir de ese momento desempeñaría distintos puestos en Santander hasta la edad de jubilación que le llegó siendo jefe de servicio en la Consejería de Medio Ambiente.

Gran aficionado al teatro, Alfonso Manso fue fundador del TEU (Teatro Universitario) de San Sebastián y participó como actor en un bueno número de montajes teatrales, en algunos de los cuales además de interpretar algún papel desempeñaba otras tareas relacionadas con la producción escénica.

Buen jugador de cartas, transmitió esta afición a sus hijos. Su hijo mayor, también Alfonso, recuerda que «se le daba bien el dominó y todos los juegos de cartas, sobre todo el mus, para el que hay que tener buena memoria y mi padre la tenía». Recuerda con cariño jugar a las cartas con su padre cuando él y sus hermanos eran pequeños y como «se acordaba de las cartas que teníamos cada uno de nosotros».

En uno de los lugares en los que Alfonso padre era plenamente feliz era en las tertulías, en las reuniones con sus amigos a las que acudía cada semana en el Club de Tenis de Santander. «Le encantaba acudir, disfrutaba con las tertulias», cuenta su hijo.

Poco antes de su jubilación «se presentó en la Hospitalidad de Lourdes para ser voluntario y acompañó a los enfermos en aquellos viajes varios años, hasta que su salud se lo permitió», evoca Alfonso hijo dando testimonio así del compromiso y la humanidad de los que hizo gala su padre a lo largo de toda su vida.