Adiós a una compositora única

Recuerdo el entusiasmo con que acogió el encargo de componer su 'Sinfonía Cántabra', que estrenó en la X Gala del Folclore, el 10 de agosto de 2010. Una pieza magistral que puso en escena la Banda de Música Municipal de Santander, bajo la dirección de Vicente Fernández; junto a la Coral Cántabra Don Bosco, El Coro Valle de Camargo y el Coro La Encina.

Un final de fiesta que ha quedado grabado en la memoria de las siete mil personas que llenaron ese día el Palacio de los Deportes de Cantabria y una obra que dignifica nuestra música popular.

Detallista y profesional hasta el máximo, estuvo presente en los ensayos, pendiente de todo para que la puesta en escena fuera todo un éxito. Porque Esperanza, además de una gran compositora y pianista era una mujer de raza, capaz de transmitir su pasión a todos los que la rodeaban.

Durante varios años fue miembro del Jurado del Concurso de la Canción Popular, haciendo valer su sabiduría en las decisiones del grupo, algo que supuso que, siempre. se premiara a los mejores. Ese período la acercó a la música popular de nuestra tierra, creando varias composiciones que fueron estrenadas en la Gala del Folclore por los principales intérpretes de nuestras tonadas montañesas. Como, por ejemplo, 'Como te amé', que cantó Esther Terán, o 'Ay mi morena', interpretada por Julián Revuelta, o el 'Canto a la Bien Aparecida', puesta en escena por el gran Aurelio Ruiz, sin olvidar la 'Nana de Nochebuena', estrenada por Los Trastolillos y las Pandereteras del Grupo Covadonga, en el Festival de Cantos Navideños, en diciembre de 2007.

Otro encargo en el que puso toda la pasión y su buen hacer musical, fue el 'Himno a un campeón', que le hizo la Asociación de la Prensa Deportiva de Cantabria, para celebrar su 15ª edición. Nuevamente, con la colaboración de la Banda Municipal santanderina, bajo la batuta de V. Fernández, y el Coro Brumas Norteñas, dirigido por Luis Expósito. Una obra, homenaje a los campeones cántabros, a los que ella conocía bien, porque su hermano Valentín es uno de los mejores ciclistas que ha habido en nuestra región.

Se fue en silencio, en lo mejor de la vida, cuando había consolidado su plaza de profesora en el conservatorio y conseguido que una prestigiosa editorial publicara algunas de sus partituras de música de cámara, algo que sólo consiguen los mejores.

Descanse en paz una mujer de referencia en la cultura de Cantabria, amiga de sus amigos y apasionada, como pocos, en la ejecución de sus innumerables proyectos. Reciban nuestro más sentido pésame sus hijos y cuantos familiares y amigos la lloran estos días