Adiós a un vitalista que tenía «un especial sentido reinosano»

Con raíces familiares castellanas, sin embargo Linares tenía un especial sentido reinosano y desarrolló su labor política con gran dedicación en los asuntos del día a día, «sin acritud y con talante positivo», recuerdan sus compañeros de trabajo.

Sus amigos le recordarán por ser una persona «vitalista y con un particular sentido del humor, cargado de cierta ironía, pero fundamentalmente bueno». Entre ellos, su compañero de partido y exalcalde, José Miguel Barrio, que se conocieron desde «chavalucos» en el colegio de frailes San José, destaca de él que «valoraba en alto grado la amistad, por encima de significaciones políticas».

Su familia destaca que fue «un ejemplo en mayúsculas de como afrontar la vida y sobreponerse de las adversidades, pero también de como disfrutar de los días buenos».

Sus seres queridos le recordarán siempre «hablando de multitud de planes, proyectos, viajes, gastronomía, economía o de la vida en general». También quedará en la memoria de todos su empatía: «Siempre ayudaba a su familia y a sus amigos, hasta el último día».

Fue un hombre con una gran iniciativa y que se movía en diversos ámbitos, entre ellos la pesca. Una de sus aficiones era la pesca de cangrejos en la zona de Palencia, en el Canal de Castilla.

Su vida estuvo ligada al deporte que practicó junto a otro gran amigo de la infancia, Luis Manuel Saiz, en varios equipos de fútbol de Reinosa y ambos recibieron una medalla por formar parte del primer equipo de baloncesto de Reinosa que participaba en una liga oficial, introduciendo así este deporte en la comarca.

Saiz destaca además su particular manera de entender la vida: «Fue una persona entrañable, y fundamentalmente vital, con una visión muy positiva, siempre con buscando nuevos objetivos y con ideas nuevas en la cabeza. Muy cariñoso y racional Fue un amigo leal», añadió.

Entre sus diversas aficiones, estaba la de conocer otras ciudades, países y culturas. Fue un «viajero empedernido» y siempre que podía hacer una escapada se iba; sobre todo le gustaba recorrer Galicia y Portugal.

El gran vacío que deja Linares lo manifestaron sus familiares con estas palabras el día de su funeral: «Ahora nos toca salir adelante sin él presente en cuerpo, pero sobra decir que eternamente en nuestros corazones».