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Pasión por la cocina. Eso es lo que sentía Tomás Gutiérrez Gómez desde su juventud, cuando veía a su madre trabajando en los fogones de ... El Muelle, en Suances, una casa de comidas en la que, en aquel momento, como recuerda su hijo Tomás, «se servían sardinas y poco más». Ese interés por todo lo que se cocía entre cacerolas y sartenes le llevó, a los quince años, a estudiar cocina en la Escuela Santa Marta de Santander.
Tras finalizar su formación, Tomás inicia su andadura profesional, siempre en la hostelería y siempre en Suances, dos constantes en una trayectoria vital ligada a los fogones. Comienza a trabajar en El Muelle, el restaurante que sus padres habían fundado en los años sesenta. De allí pasará a El Caserío y, años después, se embarca en la aventura de abrir un nuevo establecimiento, El Arpeo. Unos años más tarde, abre El Amita, el restaurante que ha regentado hasta su fallecimiento y que se ha convertido en el buque insignia del grupo hostelero suancino que ahora gestionan sus hijos. En El Amita, Tomás y su esposa, Ana María Pila, trabajaron codo con codo y compartieron fogones durante muchos años.
Después de permanecer en manos ajenas a la familia Gutiérrez durante tres décadas, el grupo que lideró Tomás recuperó El Muelle y lo convirtió en hotel, tal y como continua en la actualidad. Junto a El Muelle, el Grupo Amita ha puesto en marcha en los últimos años el Hotel Playa Ribera y el Amita Hotel Boutique, dos establecimientos que regentan sus hijos.
Tomás, que había nacido en el barrio de La Cuba, el barrio de los pescadores de Suances por excelencia, llevaba el amor a la pesca en la sangre y disfrutaba saliendo con su barco. Aprovechando las costeras, era habitual verle llegar a puerto con bonitos, verdeles...
Sus amigos le recuerdan como una persona generosa, directa y un gran trabajador.
Padre de cuatro hijos, Azucena, Inmaculada, Tomás y Amparo, todos trabajan en el Grupo Amita en el que desempeñan distintas tareas aunque ninguno de ellos lo hace entre fogones.
Estrechamente ligado a la trayectoria del Club Deportivo San Martín de la Arena, del que fue presidente, de aquella etapa dejó un gran recuerdo entre sus ex jugadores y entrenadores. En los últimos años, eran sus nietos y nietas (Lucas, Bruno, Sofía, Celia, Marcos, Alicia, Leo y Matías) con quienes más disfrutaba Tomás en su tiempo libre, especialmente viéndoles jugar al fútbol.
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