'Andrés de Laredo', un hombre que dejó huella

Andrés nacía en 1949 en un pueblo de la provincia de Zamora, en una de las épocas más difíciles de nuestro país. De muy joven, al principio de los años 60, comienza a trabajar en las conserveras laredanas junto a sus padres y hermanos. En 1966 se instala con su familia definitivamente en el municipio cántabro, para una década después, abrir una zapatería en la calle Emperador que más tarde se trasladó a otro local, este en Eguilior número 8, abierto hasta 2013.

La actividad desarrollada por este gitano enamorado de Laredo puede considerarse, sin ninguna duda, como frenética. Pendiente del negocio, sustento de su mujer Mary y de sus seis hijos, ocupa además el cargo de concejal electo del Ayuntamiento de Laredo, por las filas del Partido Popular. En el Consistorio desarrolla una importante labor, como responsable de la Agencia de Desarrollo Local.

En ese tiempo, y espoleado por su interés por todo lo relacionado con la comunidad gitana, investiga y publica cuatro libros centrados en el lenguaje romaní. Fueron, según asegura su hijo Andrés, más de veinte años los que ocupó en la elaboración de estos diccionarios que tuvieron una gran acogida.

Pero a 'Andrés de Laredo' aquello aún le quedaba pequeño, en su alforja cargada de actividad y ese afán que siempre tuvo de ayudar a la gente. Así que ejerció también como pastor evangélico durante más de 40 años por varios puntos de la geografía española: Cantabria, Asturias, País Vasco, Castilla y León, Galicia y Castellón.

Los últimos años de su vida, Andrés Jiménez vivió en Oviedo, junto a su familia. En Laredo quedó una de sus hijas que, en la actualidad, y siguiendo la tradición, regenta una tienda de complementos.

Su figura, su talante y sus muchas cualidades siempre fueron muy apreciadas allá por donde anduvo, por quienes le conocían y le conocieron después. Siempre dispuesto a aconsejar y apoyar a los que más lo necesitaban.

En la cultura gitana la figura de los mayores tiene una gran importancia, son la guía de los más jóvenes, el faro que da luz a su futuro. Y ahí incidió mucho 'Andrés de Laredo', al que se escuchó respetó con auténtica admiración.

Descanse en paz este enamorado de Laredo, que dejó su huella allá por donde pasó.